Con precisión de reloj suizo, Gibson apunta que Federico García Lorca fue fusilado a las 4:45 de la madrugada del 18 de agosto del 36, y se queda tan ancho. Luego pierde la exactitud y afirma que fue el en camino de Víznar a Alfacar, pero no especifica el kilómetro; y también afirma que está en “alguna” fosa de esos parajes. Y ahí queda eso. Parece ser que el olivo bajo el cual fue asesinado el poeta, y donde algunos buscan agujeros de bala, no cuenta.
Según la versión oficial, (la actual), Federico fue asesinado por el régimen franquista. El problema es que Franco se convirtió en Generalísimo el 28 de septiembre y fue entonces cuando asumió todos los poderes del Estado. Es decir, que antes de esa fecha el régimen como tal no existía sino un número más o menos determinado de militares en rebeldía, campando a sus anchas, bajo la lejana dirección de Sanjurjo y Mola mientras Paco tomaba el Alcázar, (toledano, no la cerveza homónima).
Se insiste en que detrás de la muerte del poeta estuvo Queipo de Llano, por una supuesta conversación telefónica entre este y el gobernador Civil de Granada, (el militar Valdés), en la que el primero respondía a la consulta de qué hacer con el prisionero diciendo: “dale café, mucho café”. Pero tal frase, que era la que utilizaban los falangistas de la V columna para reconocerse entre ellos, (por lo de FE), no aclara nada. ¿Le estaba insinuando que vistiese la camisa azul?
Un tardío informe policial del 65, que estuvo muchos años oculto y vio la luz en el 2015, menciona la pertenencia de Federico a una logia masónica, Alhambra, (como la cerveza, van entrando ganas de tomarse una), con el apodo de Homero. Pocos dan crédito a la acusación, como tampoco a la de que era socialista o espía ruso. Gibson dice que tal documento confirma que el asesinato de Lorca no fue un “asesinato callejero”. ¿Era necesaria tal aclaración? ¿Alguien ha sugerido alguna vez que lo navajearon unos choris por no darles el reloj?
Lo de que a Lorca lo bautizasen con el apodo de Homero tiene su sentido, puesto que ambos eran poetas, aunque en mi opinión le hubiese venido mejor Eurípides, pero igual estaba ya cogido. Federico escribió una obra teatral sobre Mariana Pineda, una célebre militante liberal en la última etapa del reinado de Fernando VII, que fue condenada al garrote por bordar una bandera con símbolos masónicos. ¿El autor sentía simpatía por la heroína o tenía otra razón para ocuparse de su martirio? ¿Guarda alguna relación su visita a Nueva York con la masonería norteamericana? Igual fue allí a un cursillo o rito de iniciación, no sólo a pasear con marineros.
En el informe aludido también se menciona que era “vox populi” que Lorca practicaba la homosexualidad, aunque no existían datos concretos en tal sentido. (Ahora brotan como flores en el erial tras las lluvias de primavera). Pero, tal denuncia, no parece significar que este fuese el motivo de su asesinato.
El misterio da para mucha literatura.
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