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sábado, 3 de abril de 2021

Carlos II




Cuenta la anécdota que el rey Carlos, el II o el pupas, el hechizado también, no acostumbraba a lavarse nunca, por lo que sus criados decían de él que criaba.

Un día se cruzó por un pasillo del palacio en el que vivía con su hermanastro Juan, el de Austria, que, consciente de la enfermedad que padecía, aspiraba al trono.

- Qué lástima que no cuidéis debidamente de ese hermoso cabello que tenéis, hermano.

Se marchó el rey preocupado por el comentario, dicen que murmurando mientras se alejaba.

- Este maldito don Juan no tiene piedad ni con los piojos.



 

Corto e Hipatia.




Corto Maltés, en una de las que estuvo en Venecia conoció a Hipatia, que decía ser la misma matemática de cuando la biblioteca de Alejandría. El marino no dio crédito a la revelación, naturalmente, aunque era muy amigo de las fábulas. Lo curioso de la anécdota es que esta Hipatia, la del cómic, forma parte de una hermandad de seguidores de la Teosofía, y existió una mujer, Rosario de Acuña, miembro destacada de la masonería española que se hacía llamar del mismo modo. Hablo de finales del siglo XIX y principios del XX. Como es algo que acabo de descubrir, me preguntó hasta qué punto Hugo Pratt ignoraba o conocía la historia de esta escritora y, de ser cierta la segunda opción, si no se inspiró en ella y decidió hacerle un homenaje.


Carmen de Burgos, Colombine, pasa por ser la primera periodista española, iniciando su carrera en 1902 en el diario El Globo.

Sin embargo, en 1874 Rosario de Acuña, Hipatia, ya era colaboradora en La Ilustración Española.

Ambas escritoras tienen bastantes cosas en común. Eran anticlericales, feministas y formaron parte de la masonería.

Rosario de Acuña, por otra parte, tuvo amistad con Pérez Galdós al que en su correspondencia llamó maestro.

También se carteaba con Luis Bonafoux, (un tipo con el que tropiezo habitualmente, autor de Españoles en París), que le colocaba artículos en diarios de la capital francesa.