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domingo, 18 de diciembre de 2016

El ocaso del semidiós


Fue un semidiós que estaba en su ocaso. Se le acababa el mito por donde había paseado y hecho heroicidades sin descanso. Blandía su hacha como tantas veces dispuesto a matar a alguna que otra bestia salvaje que asediase el reino. Pero, pese al esfuerzo,  los poetas ya se habían cansado de él. Y en lugar de matarlo, lo olvidaron, que más o menos vino a ser lo mismo. Poco a poco se fue difuminando y confundiendo con el paisaje. Al final no era más que una piedra más en el monte, aunque muy bonita por su forma caprichosa. 


jueves, 8 de diciembre de 2016

El Grimorio del Nazareno



Fantasmas, aparecidos, iluminados, zombis, curanderos, pitonisas, poseídos, ninfómanas, travestis, rumanos y municipales, entre otros, se dan cita en la última de Amaro Parrado, la novela de LEÓN GONZÁLEZ, ANTICRISTO.
Una nueva entrega del singular antihéroe, según el autor, que en esta ocasión libra al mundo del Apocalipsis, de momento, con alarde de picardía.
Una obra sólida para hacer frente a las criticas, que dará deleite a sabios y profanos, con amplias referencias literarias, cinematografía de terror, anuncios televisivos y muñecos de trapo.
Un escrito imprescindible para la biblioteca más friki que aún cree en el papel.
Un libro, en fin, para pasar unas tardes entre risas y reflexiones.


sábado, 3 de diciembre de 2016

sábado, 26 de noviembre de 2016

León González, Anticristo.



Amaro Parrado, guionista y escritor, amenaza con una nueva novela de su personaje más carismático, León González, santo y milagrero. En breve a disposición de cualquier lector. Un anatema si no te haces con ella.   




sábado, 23 de abril de 2016

Alejandro y Tebas.



Ordenó Alejandro al flautista Ismenias tocar la flauta mientras ardía Tebas. El rey arrasó la ciudad porque los tebanos, creyendo en la palabra de Demóstenes, se habían sublevado. Y sólo perdonó la casa de Píndaro, el poeta.

jueves, 7 de abril de 2016

Palmira, el mundo era una ruina


Se llamaba Lucy como la australopithecus  de la canción, y un día decidió visitar Palmira, o lo que quedaba de ella. "Está todo en ruinas" escribió a una amiga suya de Utah, de Lago Salado. "Espero que lo arreglen pronto", le comentaba. Andó de un lado a otro, se hizo unas fotos con un beduino y regresó a lo que quedaba de Homs, también en ruinas.



martes, 29 de marzo de 2016

La Edad Oscura.


Una nueva Edad Oscura se dibujaba en el horizonte. La destrucción era el credo que se avecinaba. La Razón cedía el paso a la Ignorancia. El Dios único ya no se soportaba a sí mismo y había optado por la  autodestrucción.
Y fue entonces cuando las viejas deidades se agitaron en las profundidades, como si un pulmón se hinchase de aire. El Fin estaba cerca pero el Renacimiento también.




sábado, 26 de marzo de 2016

El fresco de Protógenes


Cuentan los antiguos que el rey Demetrio asaltó la ciudad de Rodas y la mandó quemar. Pero que al descubrir una pintura de Protógenes sobre un muro, ordenó apagar el fuego, pues tenía en gran estima la obra del artista.


sábado, 19 de marzo de 2016

Sísara y Yael


Sísara, derrotado por los israelitas, buscó refugio en la tienda de Yael. La mujer le dio leche y le señaló un lugar donde descansar.  Cuando el guerrero quedó dormido, le clavó un cincel en la cabeza. Después mostró a los suyos el cadáver de su enemigo.



domingo, 14 de febrero de 2016

La Gorda de las Galaxias.

Fanzipote, el fanzine más potente, prepara un especial Gorda de las Galaxias, dedicado al tierno personaje de Nicolás Martínez Cerezo, una de las últimas criatura de la desaparecida Editorial Bruguera.




miércoles, 3 de febrero de 2016

Sigfrido y un dragón constipado.



Cuenta otra leyenda, existen varias,  que Sigfrido, antes de los nibelungos, mató a un dragón enfermo,  constipado. Éste no nadaba en oro como un primo suyo lejano, por lo que se deduce que era humilde o no tan avaricioso como su pariente. Por lo que dicen, no escupía fuego, a lo sumo lanzaba algún que otro gargajo verdoso, eso, sí, muy pegajoso. Andaban los habitantes del reino muy descontentos con el bicho en cuestión pues más de uno había muerto del veneno de los esputos y ofrecieron una importante cantidad de cerveza, doce barriles, a aquel que los librase de los mocos del reptil. Se asomó Sigfrido entonces, que aún no era vulnerable, y aceptó las condiciones de los campesinos, pues en aquel lugar todos se dedicaban a las labores del campo,  que lo recibieron alborozados, confiados en que mataría al dragón.
Subió Sigfrido a la colina donde el lagarto tenía su guarida. El dragón, que andaba muy malito, lanzo tres flemas sin puntería. Sigfrido las esquivó y de un lanzazo en el costado izquierdo lo dejo tumbado cuan largo era sin ganas de moverse en adelante. 
La noticia corrió como la pólvora, aunque no la habían descubierto aún los chinos, y los vecinos acogieron al héroe sin mucha ilusión, pues adivinaban que ese año no podrían pillar una buena cogorza el día del patrón.   Pero he aquí que Sigfrido les dijo que era abstemio, al menos en esos días, y los hizo muy felices. Como recompensa improvisaron unos patucos de lana, tres,  para que no pasase frío en el camino de vuelta, y por eso se sospecha que la historia es apócrifa. Y poco más.

domingo, 10 de enero de 2016

"Nuestra Ciudad" de Carmelo Casaño y Tomás Egea Azcona.



Segunda edición de un clásico de la literatura contemporánea cordobesa: "Nuestra ciudad" del escritor Carmelo Casaño y el pintor Tomás Egea Azcona.
Un hermoso libro de recuerdos de una Córdoba que fue pero permanece en la memoria.
En esta ocasión, como no podía ser de otra manera, el libro ofrece anécdotas inéditas que no aparecieron en la primera edición y nuevas ilustraciones de Egea a todo color.
Una obra indispensable para los enamorados de tan bonita ciudad, la literatura de sentimientos del escritor y las evocadoras imágenes a plumilla del ilustrador.


martes, 5 de enero de 2016

Slanderman



Slanderman, con A, era un tipo tímido que no acostumbraba a salir del bosque. Su madre se lo había prohibido y hecho jurar antes de morir. Se sentía feliz paseando entre los árboles y escuchando el aullar del viento acariciando las hojas de las ramas.
Un día aparecieron unos seres pequeños de dos brazos haciendo mucho ruido  y destrozándolo todo a su paso. Slanderman se acercó a ellos con curiosidad y entonces empezaron a gritar y a encender tantas luces a su alrededor que lo dejaron ciego. Asustado, echó a correr todo lo deprisa que pudo, tropezando con todos y cada uno de los árboles que encontraba a su paso.
Después de aquello Slanderman decidió refugiarse en lo más oscuro del bosque, temiendo que las luciérnagas de dos brazos pudiesen volver.
Desgraciadamente, el bosque se fue haciendo cada vez más pequeño y las luces no dejaron de multiplicarse. Por fin dieron con él y lo escolarizaron. En la actualidad cursa la ESO en un grupo de diver.