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jueves, 27 de noviembre de 2008
miércoles, 26 de noviembre de 2008
viernes, 21 de noviembre de 2008
jueves, 20 de noviembre de 2008
miércoles, 19 de noviembre de 2008
El arquero Coblianto.
"¡Todo brazos, no abrir el codo hacia afuera! Yo he visto tender al egineta Coblianto. Era un gigante. Cuentan los de Egina que su madre tardó doce días en parirlo. Cada día nacía un poco de Coblianto. Cuando sacó los pies fuera del vientre materno, ya hablaba. Salió armado de arco y de flecha, y las manos enarenadas. Pagaba por allí un legado del papa de Roma, y quería llevarlo de suizo, con cinco pagas dobles adelantadas. Pero Coblianto había nacido iconoclasta."
Álvaro Cunqueiro, Las Mocedades de Ulises.
lunes, 17 de noviembre de 2008
viernes, 14 de noviembre de 2008
Corsarios.
—¿Quiénes son ustedes? ¿De dónde vienen? —preguntó el Corsario, frente a ellos, con la diestra en la culata de la pistola.
—Somos filibusteros de las Tortugas; dos hermanos de la costa, y venimos de Maracaibo —contestó Carmaux.
—¿Han escapado de los españoles?
—¡Sí, comandante!
—¿A qué barco pertenecían?
—Al del Corsario Rojo.
Al oír estas palabras, el Corsario se estremeció. Agarró bruscamente a Carmaux por un brazo, y lo condujo casi a la fuerza hacia popa, gritando:
—¡Señor Morgan! Usted dará la alarma si algo sucede. ¡Todos a las armas!
El corsario descendió hasta una pequeña cámara, elegante e iluminada, y le indicó a Carmaux que hablara. Pero el marinero de la canoa no pudo despegar los labios.
—Lo han matado, ¿verdad?
—Sí, comandante. Tal como mataron al otro hermano, el Corsario Verde.
Un grito ronco, salvaje y desgarrador, salió de la garganta del comandante.
Emilio Salgari, El Corsario Negro.
jueves, 13 de noviembre de 2008
OVNI en la carretera.
Eran altas horas de la madrugada cuando a un lado de la calzada avisté luminarias de colores. Alertado por tal fenómeno detuve el coche a una distancia prudencial de las mismas y me dirigí hacia ellas a pie. Después de andar un rato descubrí algo sorprendente. Un conjunto de luces cegadoras surgía por doquier haciendo atractivo el espacio e indicándome el camino de acceso a una estructura indefinida. Por desgracia no tenía a mano la cámara digital y no pude dejar constancia de aquello. Claro que bien pensado lo mejor era no contarle a nadie donde me había metido. El caso es que la próxima vez dejaré el coche en el parking. La de cosas que descubre uno cuando viaja de noche.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
jueves, 6 de noviembre de 2008
XI Jornadas del Cómic de Almería.
Un bonito cartel de Dani Cruz para las XI Jornadas del Comic de Almería.
Con la asistencia de Antonio Jesús Morata, (Elmo), Antonio J. García (Che), Diego Cara, Joan Escandell, Sephàne Corbinais , Maximiliano Luchini, , Edgardo Carosia, Ed , Dani Cruz ,Pilar Quirosa-Cheyrouze, Mónica Larrubia, Eduardo Ales, Joaquín López Cruces, Miguel Ángel Blanco Martín... Exposiciones, conferencias, charlas...
Más información en De Tebeos.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
domingo, 2 de noviembre de 2008
Levito.
Cuando yo era niño soñaba muchas veces que volaba. Empezaba a correr y a dar saltos cada vez más y más más altos, y al cabo de un rato me ponía a volar, o mejor dicho, a nadar en el cielo.
Ya no sueño aquello, ahora sueño mucho que puedo elevarme en el aire unos metros y permanecer así suspendido un buen rato. Lo hago como la cosa más natural del mundo, como si se tratase de respirar o de comer. Es curioso el mundo de los sueños, el subconsciente y todo eso.
Igual no es sólo un sueño. Lo mismo un día os doy un susto.
Peplum.
Peplum de Blutch es un comic que tiene algo del Satyricón de Petronio, más de la película de Fellini, y bastante de la estética de los relieves y esculturas de la antigüedad clásica.
Como soy un rendido a la Historia Antigua, en especial si es griega o romana, me siento en la obligación de recomendar su... ¿lectura? No sería exacto. Más bien os recomiendo su visionado porque lo que me parece interesante de esta obra es su grafismo de claro-oscuro y trazos variopintos.
Estamos acostumbrados a una imagen de la antigüedad que nos han proporcionado los artistas del Neoclasicismo y los pintores decimonónicos del género histórico, popularizada por el cine norteamericano y por los comics de Alix, y otros.
La historiografía o la arqueología tampoco ayudan mucho, proporcionan visiones absolutamente idealistas, clasificadas, estáticas, carentes de vida.
Pero el mundo antiguo no fue así. No sabemos a ciencia cierta como fue en la realidad. La documentación que poseemos es abundante pero infinidad de detalles de aquel mundo indudablemente se nos escapan. Basta con leer alguno de los relatos escritos por las gentes de entonces e intuir nuestro desconocimiento de múltiples pormenores que se nos antojan vagos e incomprensibles. En realidad, si pudiésemos viajar a aquella época la impresión que lo que viésemos sería muy semejante a la que nos produce ver la película de Fellini. Con esto no quiero decir que la del director italiano sea la más acertada desde un punto de vista histórico. Hablo sencillamente de percepción. Estoy convencido de que el choque sería notable.
Bien, pues lo interesante de la Obra de Blutch es precisamente eso. No hay una fría reconstrucción histórica ni arqueológica de lo antiguo, ni una reproducción en cartón piedra de los escenarios y vestuarios de los filmes hollywoodienses. Se trata ante todo de la reconstrucción de una posible atmósfera, familiar pero incognoscible, vigente en el pasado. Allí donde la luz no llega las sombras aportan otras interpretaciones, como sucede con el mito que por su indefinición tiene más alcance que las respuestas que aporta la ciencia.
Pues eso. Me quedo con sus viñetas como relieves en claro-oscuro, por combinación de pincel y pluma o estilógrafo, un grafismo informal pero efectivo y efectista, sugerente, que capta un mundo verdaderamente desconocido.
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