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martes, 1 de noviembre de 2011

Friné y la estatua de Eros.



Ofrecióle Praxíteles a Friné, la bella modelo, una estatua como pago a sus servicios, más no pensaba ella contentarse con cualquiera. Ideó una estratagema para averiguar que imagen tenía en especial estima el maestro. Encargó a un joven esclavo que acudiese cuando el artista estuviese con ella con la noticia de que su taller estaba en llamas y muchas de sus obras destrozadas. Recibió Praxíteles el bulo y comentó angustiado en voz alta: "espero que la estatua de Eros no haya sufrido daño alguno".
Corrió hasta su casa y descubrió que todo estaba en perfecto estado, y no acababa de comprender. Entonces apareció el siervo de Friné exigiendo el pago para su ama.