La princesa se ha ido sola (subrayado) al extranjero, nos ha contado la prensa, a cumplir con obligaciones que corresponden al cargo que representa y porque ya tiene edad para hacerlo. Cuando han dicho sola yo me la he imaginado tal cual, como el peregrino misántropo que hace el camino de Santiago rodeando poblaciones y evitando gentes, en alpargatas y con talega a la espalda, una gorrita para el sol y una calabaza con agua fresquita atada a un báculo. Esto van a ser como unas maniobras para meditar por el futuro que le espera, me he dicho. Luego he comprobado en los noticiarios que lo de sola era un decir, que iba más que acompañada, como abeja reina de zánganos y obreras, abejorros y moscones. Y en vez de hacerlo de faena se ha puesto un elegante vestido colorado y unos tacones altos muy puntiagudos. Lo suyo no ha sido precisamente lo de Marco de los Apeninos a los Andes, que hizo su viaje con el mono Amedio y mantuvo nuestra alma infantil en vilo durante su periplo transoceánico. Esta aventura ha sido más light, lo de esta muchacha empieza a parecerse a los mundos de Yupi. Pero todavía quedan muchos capítulos para ver cómo acaba el cuento; ya mismo acuden las hadas con la magia.
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sábado, 13 de julio de 2024
La princesa sola
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