Zeuxis fue un reputado y celebrado pintor de la antigüedad clásica, y allí en la Atenas del V antes de la era común hizo carrera y fortuna gracias su estilo meticuloso y realista. La anécdota más popular que hace referencia a su arte es la de las uvas que pintó tan primorosamente sobre un muro y que las aves confundidas acudían a picotearlas a riesgo de quedar tullidas. Lo que lleva a la conclusión de que era algo gamberrete.
Un día le encargaron el retrato de una señora de avanzada edad y condición elevada, y de ella hizo una caricatura. Le puso tanto entusiasmo que ante el resultado final terminó carcajeándose sin control de su propio trabajo, con tanta fuerza que perdió el sentido y la vida.
No se sabe dónde terminó la obra, quizás la quemaron, por si se trataba de una nueva Medusa.
Zeuxis está muy mal visto en los tiempos que corren.
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