Céfalo consultó al oráculo de Delfos el modo de conseguir una considerable descendencia, pues se ve que el hombre no lo conseguía, y la sacerdotisa le recomendó que se uniera a la primera hembra que le saliese al paso. Así lo hizo. Se le cruzó una osa y se ayuntó con ella. En esto que durante el fornicio la plantígrada se convirtió en una bella doncella y le dio un hijo. A Céfalo lo hacen los antiguos padre de los Laértidas, por lo que se deduce que Ulises debió hacer el oso durante la Ilíada, antes y después.
Otro Céfalo es el que sale al principio de La República de Platón, que no es el mismo y por eso lo advierto.
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