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sábado, 19 de octubre de 2024

Cine y libre asociación

Existe en la memoria colectiva de infancia una cinematografía popular que no supera el cine de Almodóvar ni el de otros igual de celebrados, y son aquellos títulos tan sugerentes para el recuerdo que animaban las noches de los cines de verano y podías contemplar desde las gradas de la plaza de toros u otro recinto habilitado al uso, véase Tres supermanes en Tokio, Drácula contra Frankenstein o El Zorro y los tres mosqueteros, por citar algunos títulos. Eran películas a contracorriente, que incumplían las reglas del espacio tiempo, pero que nos hacían soñar con lo imposible que facilita la libre asociación. Siempre ha existido un arte transgresor que provocaba a los académicos, para que otorgasen su condena. Conviene no prestarles atención y acudir al rescate, la memoria nos pertenece, porque la infancia es sagrada, pero, sobre todo, original.

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