Max: Mi nombre es Máximo Estrella. Mi seudónimo, Mala Estrella. Tengo el honor de no ser académico.
Serafín El Bonito: Está usted pasándose. Guardias, ¿por qué viene detenido?
Un guardia: Por escándalo en la vía pública y gritos internacionales. ¡Está algo briago!
Serafín El Bonito: ¿Su profesión?
Max: Cesante.
Serafín El Bonito: ¿En qué oficina ha servido usted?
Max: En ninguna.
Serafín El Bonito: ¿No ha dicho usted que es cesante?
Max: Cesante de hombre libre y pájaro cantor. ¿No me veo vejado, vilipendiado, encarcelado, cacheado e interrogado?
Serafín El Bonito: ¿Dónde vive usted?
Max: Bastardillos. Esquina a San Cosme. Palacio.
Un guindilla: Diga usted casa de vecinos. Mi señora, cuando aún no lo era, habitó un sotabanco de esa susodicha finca.
Max: Donde yo vivo, siempre es un palacio.
El guindilla: No lo sabía.
Max: Porque tú, gusano burocrático, no sabes nada. ¡Ni soñar!
Serafín El Bonito: ¡Queda usted detenido!
Max: ¡Bueno! Latino, ¿hay algún banco donde pueda echarme a dormir?
Serafín El Bonito: Aquí no se viene a dormir.
Max: ¡Pues yo tengo sueño!
Serafín El Bonito: ¡Está usted desacatando mi autoridad! ¿Sabe usted quién soy yo?
Max: ¡Serafín El Bonito!
Serafín El Bonito: ¡Como usted repita esa gracia, de una bofetada, le doblo!
Max: ¡Ya se guardará usted del intento! ¡Soy el primer poeta de España! ¡Tengo influencia en todos los periódicos! ¡Conozco al ministro! ¡Hemos sido compañeros!
Serafín El Bonito: El señor ministro no es un golfo.
Max: Usted desconoce la historia moderna.
Serafín El Bonito: ¡En mi presencia no se ofende a Don Paco! Eso no lo tolero. ¡Sepa usted que Don Paco es mi padre!
Max: No lo creo. Permítame usted que se lo pregunte por teléfono.
Serafín El Bonito: Se lo va usted a preguntar desde el calabozo.
Don Latino: Señor inspector, ¡tenga usted alguna consideración! ¡Se trata de una gloria nacional! ¡El Víctor Hugo de España!
Serafín El Bonito: Cállese usted.
Don Latino: Perdone usted mi entrometimiento.
Serafín El Bonito: ¡Si usted quiere acompañarlo, también hay para usted alojamiento!
Don Latino: ¡Gracias, señor inspector!
Serafín El Bonito: Guardias, conduzcan ustedes ese curda al número 2.
Un guardia: ¡Camine usted!
Max: No quiero.
Serafín El Bonito: Llévenle ustedes a rastras.
Otro guardia: ¡So golfo!
Max: ¡Que me asesinan! ¡Que me asesinan!
Una voz modernista: ¡Bárbaros!
Don Latino: ¡Que es una gloria nacional!
Serafín El Bonito: Aquí no se protesta. Retírense ustedes.
Otra voz modernista: ¡Viva la Inquisición!
Serafín El Bonito: ¡Silencio o todos quedan detenidos!
Max: ¡Que me asesinan! ¡Que me asesinan!
Los guardias: ¡Borracho! ¡Golfo!
El grupo modernista: ¡Hay que visitar las redacciones!
Serafín El Bonito: Está usted pasándose. Guardias, ¿por qué viene detenido?
Un guardia: Por escándalo en la vía pública y gritos internacionales. ¡Está algo briago!
Serafín El Bonito: ¿Su profesión?
Max: Cesante.
Serafín El Bonito: ¿En qué oficina ha servido usted?
Max: En ninguna.
Serafín El Bonito: ¿No ha dicho usted que es cesante?
Max: Cesante de hombre libre y pájaro cantor. ¿No me veo vejado, vilipendiado, encarcelado, cacheado e interrogado?
Serafín El Bonito: ¿Dónde vive usted?
Max: Bastardillos. Esquina a San Cosme. Palacio.
Un guindilla: Diga usted casa de vecinos. Mi señora, cuando aún no lo era, habitó un sotabanco de esa susodicha finca.
Max: Donde yo vivo, siempre es un palacio.
El guindilla: No lo sabía.
Max: Porque tú, gusano burocrático, no sabes nada. ¡Ni soñar!
Serafín El Bonito: ¡Queda usted detenido!
Max: ¡Bueno! Latino, ¿hay algún banco donde pueda echarme a dormir?
Serafín El Bonito: Aquí no se viene a dormir.
Max: ¡Pues yo tengo sueño!
Serafín El Bonito: ¡Está usted desacatando mi autoridad! ¿Sabe usted quién soy yo?
Max: ¡Serafín El Bonito!
Serafín El Bonito: ¡Como usted repita esa gracia, de una bofetada, le doblo!
Max: ¡Ya se guardará usted del intento! ¡Soy el primer poeta de España! ¡Tengo influencia en todos los periódicos! ¡Conozco al ministro! ¡Hemos sido compañeros!
Serafín El Bonito: El señor ministro no es un golfo.
Max: Usted desconoce la historia moderna.
Serafín El Bonito: ¡En mi presencia no se ofende a Don Paco! Eso no lo tolero. ¡Sepa usted que Don Paco es mi padre!
Max: No lo creo. Permítame usted que se lo pregunte por teléfono.
Serafín El Bonito: Se lo va usted a preguntar desde el calabozo.
Don Latino: Señor inspector, ¡tenga usted alguna consideración! ¡Se trata de una gloria nacional! ¡El Víctor Hugo de España!
Serafín El Bonito: Cállese usted.
Don Latino: Perdone usted mi entrometimiento.
Serafín El Bonito: ¡Si usted quiere acompañarlo, también hay para usted alojamiento!
Don Latino: ¡Gracias, señor inspector!
Serafín El Bonito: Guardias, conduzcan ustedes ese curda al número 2.
Un guardia: ¡Camine usted!
Max: No quiero.
Serafín El Bonito: Llévenle ustedes a rastras.
Otro guardia: ¡So golfo!
Max: ¡Que me asesinan! ¡Que me asesinan!
Una voz modernista: ¡Bárbaros!
Don Latino: ¡Que es una gloria nacional!
Serafín El Bonito: Aquí no se protesta. Retírense ustedes.
Otra voz modernista: ¡Viva la Inquisición!
Serafín El Bonito: ¡Silencio o todos quedan detenidos!
Max: ¡Que me asesinan! ¡Que me asesinan!
Los guardias: ¡Borracho! ¡Golfo!
El grupo modernista: ¡Hay que visitar las redacciones!
Ramón María del Valle Inclán, Luces de Bohemia.
3 comentarios:
amigo JUAN PEREZ!!!, que buena noticia esa del corto maltes, admiro MUY mucho a hugo pratt, espero poder conseguirla por estos lados, aunque la veo dificil
saludos!!!!!!!!
LUCHO
Pues va ser complicado, amigo, lee despacio la entrada.
Has dado de nuevo en el clavo Juan, Luces de bohemia es una de las obras dela literatura que más me gustan. Ya lo hiciste con Los viajes de Gulliver, y lo vuelves a hacer. Empiezas a darme miedo.
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