Se domesticó al perro. Todo un acontecimiento. Anda que no eran útiles ni na entonces estos bichejos peludos de a cuatro patas pa la cosa de cazar y dar calorcico en la oscuridad de las cavernas. Los perros daban compaña. Por aquellos días no se les abandonaba en la cuneta, entre otras cosas porque aún no se habían inventado, ni se meaban en las puertas de las casas, pues no existían los chaletes. No era aquella una vida de perros, que eso vino después, con los pisos pequeños y no encontrar un joío sitio donde plantar un zorullo. En aquella larga noche de la prehistoria los chuchos nos cogieron apego. Los canes siempre han sido cariñosos, agradecidos a nuestros ancestros por hacerles sitio junto al jamón de mamut. Ahora la gente prefiere los de la nintendo, que no hay que sacar a mear en invierno, con el frío que hace.
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