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jueves, 20 de septiembre de 2007

El Maestre de Calatrava

De Granada parte el moro que Aliatar se llamaba,
primo hermano de Albayaldos, al que el Maestre matara,
caballero en un caballo que de diez años pasaba,
tres cristianos se le curan, el mismo le da cebada;
una lanza con dos fierros que treinta palmos pasaba,
hízola aposta el moro para bien señorearla;
una adarga ante sus pechos toda nueva y cotellada;
una toca en su cabeza que nueve vueltas le daba,
los cabos eran de oro, de oro, de seda y de grana;
lleva el brazo arremangado, so la mano alheñada.
Tan sañudo iba el moro, que bien demuestra su saña,
que mientras pasa la puente, nunca al Darro le miraba.
Rogando iba a Mahoma, a Mahoma suplicaba,
que le muestre algún cristiano en que ensangriente su lanza.
Camino va de Antequera, parecía que volaba,
solo va, sin compañía, con una furiosa saña.

Antes que llegue a Antequera, vido una seña cristiana,
vuelve riendas al caballo y para ella le guiaba,
la lanza iba blandiendo, parecía que la quebraba.
Saliósele a recibir el Maestre de Calatrava,
caballero en una yegua, que ese día la ganara,
con esfuerzo y valentía a ese alcaide del Alhama;
de todas armas armado, hermoso se divisaba,
una veleta traía en una lanza acerada.
Arremete el uno al otro, el moro gran grito daba,
diciendo: -¡Perro cristiano, yo te prenderé la barba!
El Maestre entre sí mismo a Cristo se encomendaba.
Ya andaba cansado el moro, su caballo ya aflojaban;
el Maestre, que es valiente, muy gran esfuerzo tomaba.
acometió recio al moro, la cabeza le cortara.
El caballo, que era bueno, al rey se lo presentaba,
la cabeza en el arzón, porque supiese la causa.





Anónimo, Romance del Maestre de Calatrava.

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