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jueves, 7 de junio de 2007

Tom Sawyer.


(...)


-Di, Huck: ¿qué es eso que tienes?
-Nada, una garrapata.
-¿Dónde la has cogido?
-Allá en el bosque.
-¿Qué quieres por ella?
-No sé. No quiero cambiarla.
-Bueno. Es una garrapatilla que no vale nada.
-¡Bah! Cualquiera puede echar por el suelo una garrapata que no es suya. A mí me gusta. Para mí, buena es.
-Hay todas las que se quieran. Podía tener yo mil si me diera la gana.
-¿Y por qué no las tienes? Pues porque no puedes. Ésta es una garrapata muy temprana. Es la primera que he visto este año.
-Oye, Huck: te doy mi diente por ella.
-Enséñalo.
Tom sacó un papelito y lo desdobló cuidadosamente. Huckleberry lo miró codicioso. La tentación era muy grande. Al fin dijo:
-¿Es de verdad?
Tom levantó el labio y le enseñó la mella.
-Bueno -dijo Huckleberry-, trato hecho.



Mark Twain, Las Aventuras de Tom Sawyer.

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