Viene a ser un fastidio ponerte a buscar ese libro que recuerdas y no encuentras, y ahora echas en falta, por curiosidad o necesidad, y resulta que prestaste o regalaste en un arrebato, esa falta de lucidez y previsión, y ahora te arrepientes de ambas decisiones, fuese la que fuese, porque sabes que ya no lo vas a recuperar, y para colmo era una rareza, imposible de adquirir, porque hay piedras con las que tropiezas una sola vez en la vida, y sabes que la solución está en coger al agraciado por las solapas, amedrentarlo, zarandearlo y exigirle la devolución del grimorio. El problema es que no encuentras la ocasión ni el lugar adecuado, donde armar un gran escándalo, para reclamar lo que te pertenece. El libro era de Saki, y este, maldición, se parece a uno de sus relatos.
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