Dicen que Dionisio fue el primer obispo de París, y para algunos antes lo fue de Atenas, y discípulo de Pablo también; y que sufrió martirio en tiempos del emperador Aureliano.
Una vez que fue decapitado, caminó hasta seis kilómetros con la cabeza en la mano por todo el barrio de Montmartre, iluminando a todos con su mirada, antes de desplomarse. Muchos fueron los paganos que entonces se convirtieron a la fe verdadera. Allí donde el santo tomo tierra, se levantó andando el tiempo la actual basílica de Saint Denis.
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