He aquí, lo dicen las fuentes clásicas, que en Siria existía, junto al Eúfrates, un templo dedicado a la diosa Hera Asiria. Y que en el patio del mismo había una columna muy alta semejando el miembro viril de Dionisos Soter.
Dos veces al año se subía el sacerdote de la diosa a lo alto del falo, y durante siete días rogaba a los dioses por aquellos que humildemente donaban sus bienes al templo. A cambio, éstos no desfallecían con las sacerdotisas, que eran numerosas.
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