Ese día las noticias corrieron como la llama come la pólvora. Y siendo uno joven como yo lo era entonces, y con ganas de ver mundo y hasta de cambiarlo, no lo pensé dos veces. Dejé la puerta de la casa abierta y me llevé el mosquetón del amo, sin despedirme de nadie. No volverían a verme, ni a mí ni a lo que dejaba atrás.
1 comentario:
Al monte.
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