El pintor y poeta Willian Blake retrató de esta guisa al rey de Babilonia, Nabucodonosor, ajustándose al relato del profeta Daniel, aquel que salió ileso del foso de los leones como cantan los romances. Cuenta el judío en la Biblia que el rey se volvió loco y huyó a la selva para vivir como un animal durante siete estaciones. Tras aquella experiencia volvería a sus funciones de monarca.
Nabucodonosor II fue conquistador y constructor. Arrebató tierras a asirios, egipcios, medos, escitas, cimerios, fenicios...También arrasó Jerusalén.
Los antiguos narran con admiración el túnel subterráneo construido bajo el río Eúfrates, los palacios y las murallas de la capital.
Willian Blake era artista y visionario. En ocasiones, aseguraba, veía ángeles y demonios, incluso a Dios. Mantuvo una amistad íntima con la escritora feminista Mary Wollstonecraft, (madre de Mary Shelley), a quien ilustró un libro en 1788, Relatos Originales de la Vida Real. Era un defensor de la libertad e igualdad de sexos y contrario a la autoridad imperante. En la actualidad sus poemas y dibujos son muy celebrados.
Lo traigo al habitáculo porque siempre admiré su obra y su temperamento indómito, tal vez él también soñó alguna vez con ser Nabucodonosor y convertirse en bestia.
1 comentario:
Juan Pérez, has tocado mi fibra sensible. Considero a William Blake un genio, un tío que hizo cosas en su tiempo que a ningún otro se le paso por la cabeza hacer. Si os dejáis caer por la National Gallery de Londres, podéis pasar de cualquier otro pintor pero no dejéis de ver la sala donde se muestran sus ilustraciones.
"Tiger, tiger, burning bright
In the forests of the night,
What immortal hand or eye
Dare frame thy fearful symmetry?"
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