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jueves, 11 de octubre de 2012

Hoplita.


No era un hoplita al uso puesto que su indumentaria delataba un absoluto desconocimiento de las armas y equipamiento de aquellos. Sin embargo, el trazo lo hacía lo suficientemente enérgico como para protagonizar alguna epopeya. Podría dársele un puesto como mercenario entre los ejércitos de la antigua Atlántida, la caza de un monstruo marino o la construcción de una gruesa muralla. ¿Por qué no? Es tan fácil fabricar héroes. Cuestión de ponerse a soñar.

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