Seguidores

viernes, 1 de agosto de 2025

El converso al islam

Quería el beduino Amrulcais vengar el asesinato de su padre y acudió al santuario donde tenía asiento el ídolo de DuhlKolosa, con el fin de conocer la suerte que le acompañaría en su propósito. Tres respuestas daba la divinidad en forma de flecha: la de la orden, la de la prohibición y la de la espera. Por tres veces salió la de la prohibición y Amrulcais perdió los nervios. Tomó las tres saetas y las hizo pedazos, y después se los arrojó al ídolo a la cara.

- ¡Maldito! Si hubiese sido tu padre el muerto no me hubieses prohibido ir a vengarlo.

Salió del santuario furioso, subió al camello y no se detuvo hasta dar con el Profeta, para acatar la fe en Alá y hacer la Guerra Santa al infiel.