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domingo, 31 de agosto de 2025

La homosexualidad del Cervantes y otras paradojas

Que Cervantes era homosexual lo pregonaba Arrabal hace décadas; y mientras lo decía se tomaba unos cubatas a la paciencia de Sánchez Dragó, o confesaba a Quintero que el sexo anal era doloroso, según le había contado su amigo Jodorowsky, el de los guiones de Moebius. Yo no pude, he de confesar, pasar de las primeras páginas de su ensayo Un esclavo llamado Cervantes, porque no le encontré la gracia que le veía en la tele, por lo menos no tanta como cuando defendía a la Virgen de Lourdes del ataque mediático de los progres, y esas cosas que disparaba empapadas en alcohol. Ahora Amenábar redunda en el dicho, o intenta vender su peli y luego no, (los tráilers suelen ser muy engañosos). Y hemos visto unas escenas que nos recuerdan a las de las pinturas de las tumbas etruscas, pero en un serrallo de Argel. Es posible que a Cervantes le diesen uno o varios viajes en algún rincón de la celda, el tiempo que duró su cautiverio, pero sin tanta poesía persa como intentan vendernos. Personalmente, más que la sexualidad de don Miguel, lo que me interesa es su Don Quijote o, en todo caso, su origen cordobés, asunto verdaderamente provocador, porque como decía mi cojonero amigo Galadí: cordobés y portugués no puede ser.


sábado, 30 de agosto de 2025

La voz de Lorca, por Borges

Tiene Borges un relato, codo a codo con Bioy Casares, en el que hace una velada alusión a García Lorca. Para Borges, Lorca era un andaluz profesional, de un andalucismo falso. En Las noches de Goliadkin, (1942), se menciona a Lorca de pasada, haciendo alusión a siete acrósticos de este, sin exponer, y se anota al inicio del relato una declaración de Margarita Xirgu en una emisora de radio. Sabido es que, desde hace años, en la Argentina se rastrea la voz del poeta, en los archivos de Radio Splendid y Radio Prieto, donde se le entrevistó.

Declara, en el cuento que nos ocupa, el actor Montenegro:

“Comparto su aversión a la radio. Como siempre me decía Margarita – Margarita Xirgu, usted sabe – los artistas, los que llevamos las tablas en la sangre, necesitamos el calor del público. El micrófono es frío, contra natura. Yo mismo, ante ese artefacto indeseable, he sentido que perdía la comunión con mi público.”

Sospecho que las palabras del personaje bien pudieran haber sido dichas por Lorca en alguna de aquellas entrevistas.


miércoles, 27 de agosto de 2025

Otra muerte de Federico García Lorca, por Neville

De la amistad entre Federico Garcia Lorca y Edgar Neville se habla poco, o nada. Compartieron numerosas veladas y lecturas en casa del diplomático chileno Carlos Morla Lynch. En 1965 Neville publico un poemario titulado Amor huido, y en él un poema titulado Llamada a los poetas, que sorteó la hipotética censura, en donde puede leerse: “Dame tú un verso, Federico amado, hermano inolvidable de las aulas, y que fuiste vilmente asesinado”. En 1967, en el borrador de una entrevista que le hizo el periodista Pérez Ferrero de ABC, (salió a la luz en 2010 e hizo público A. Trapiello en su obra Las armas y las letras), afirmó que a Lorca lo asesinaron de un tiro en la nuca, (estampa esta última más sombría que la del fusilamiento), y que se conocían los nombres de los responsables de cada uno de los despropósitos que condujeron al crimen. "Fue un crimen aislado en aquella isla que fue Granada los primeros meses de la guerra".


domingo, 24 de agosto de 2025

Público, el genio benefactor

Lo público es el nuevo genio benefactor que va a salvarnos de todo, (no sabemos exactamente de qué), una abstracción que implica y esconde, como en toda religión, a un grupo de personas con intereses propios, obsesionados con el dominio o el control de la sociedad, llámese masas. El concepto se apoya en dos pilares, uno:  el miedo y la incertidumbre, materializado en la amenaza de guerra o el fin del mundo, enfermedades o cambio climático, paro e indigencia, el negro futuro medieval, para simplificar. Y dos: la supuesta orfandad del pueblo, débil e ignorante, que debe de ser guiado por profetas o mesías, líderes de anuncio, apoyados por cuadrillas de iluminados que se hacen con la administración y suman privilegios repartiendo migajas. Es por nuestro bien, nos dicen, pero los bienes son para ellos, si es posible hasta la eternidad. Paga, calla y confía, es su lema, una cuestión de fe no apta para herejes.

viernes, 22 de agosto de 2025

El Picasso más oscuro

Los nazis entraron en París y Picasso, partidario de la República española y autor del Guernica, no fue enviado a un campo de concentración ni repatriado a España para ser juzgado, sino que continuó pintando en su taller, atendiendo a sus admiradores y despachando cuadros. No fue hasta el 44 cuando se afilió al partido comunista, anunciado a bombo y platillo; y a la muerte de Stalin, pintó un bonito retrato del camarada. Nunca quedó del todo claro la sinrazón de su "libertad vigilada", como la llaman algunos. Hay quien señala directamente al Führer como responsable de tal gracia. La famosa anécdota de que un jerarca nazi le preguntase por la autoría del Guernica, y él respondiese que habían sido ellos, probablemente sea apócrifa, pero manifiesta que le permitían expresarse con libertad.


jueves, 21 de agosto de 2025

Santa Catalina, de Murcia también

Murcia es ciudad de moros y cristianos, fundada por el Omeya Abderramán II, y muy calurosa en agosto. Eso no impide llevarse un recuerdo inolvidable de sus rincones y monumentos, y no menos singulares obras de arte. Movido por la curiosidad visité, entre otros, el Convento de Santa Clara, edificio religioso construido sobre un anterior palacio almorávide, que conserva su patio y mocárabes. La sorpresa vino al recorrer el museo, que alberga entre otras piezas esta imagen dieciochesca, de autor anónimo, que representa a Santa Catalina de Bolonia, escritora, musica y pintora. No me alargaré explicando el rato que pasé admirando su rostro, clásico y divino, de dama ibérica o diosa virgen, volviendo y revolviendo el camino andado para, desde diversas perspectivas, quedar convencido, y confundido, de su belleza. En la sala terminé solo y convertido en elemento disruptivo, para quien estuviese al otro lado de las cámaras de seguridad. Por eso, supongo, acudió una señora muy seria armada de mopa, repasando al milímetro el suelo de la sala, para limpiarlo todo, y, con la excusa, echarme definitivamente. Lo que no impidió llevarme un robado, que me sabe a poco, pues tentado estuve de hacerme con la imagen.




Iconografía de Lorca, mito y misterio

Lorca es un asesinato y un asesinato fascista, es lo que queda del rastro dejado por las numerosas ristras de opiniones que se vienen colgando en esto del face, y otros foros, en recuerdo de su muerte. Pero pocas menciones en esas mismas entradas a su obra, poética y dramática, musical o gráfica; esta queda difuminada tras el crimen, cuyos detalles se desdibujan en suposiciones. Por lo que se deduce que sin el magnicidio no hay versos, no hay teatro, no hay música, no hay dibujos, no hay poeta, quizás no haya nada más que un mito, es decir, una tumba vacía.


miércoles, 20 de agosto de 2025

Treinta de Pratt

Treinta años de la muerte de Hugo Pratt. Son noticias que te sobrecogen porque imaginabas ayer y resulta que se te ha ido una vida. De Pratt siempre admire su misterio y grafismo chocante, de la primera etapa, después se pulió demasiado y me faltaban los brochazos y el trazo quebrado. Tuve la suerte de conversar con él en un par de ocasiones, cuando aspiraba a convertirse en vecino de la Judería de Córdoba, y ya le quedaba poco en este mundo, pero no lo sospechábamos. Hugo era una cabeza muy grande, y unos ojos hundidos en una cara arrugada pero optimista. Hablaba de cosas curiosas y de lo poco que le importaba si tenían o no base real. Le pasé unas fotocopias de un relato sobre Corto y no tuvo reparo en darme un buen corte para librarse de ellas. Pese a todo, no le guardo rencor. Debió de aguantar a más de un paliza, es el precio de la fama. El relato no fue sino un diálogo radiofónico, que interpretamos unos amigos en Radio Cadena Córdoba, un día de unas fiestas navideñas muy lejanas. La señal ya debe de haber superado los límites del Sistema Solar. Quizás quede copia sonora en algún archivo.


domingo, 17 de agosto de 2025

El cuento de Tolo

A Tolo le llamaba memo la maestra porque no sabía leer y todos los niños de la clase se reían de su torpeza. Tolo bajaba la cabeza y se quedaba muy callado mirando el libro. Entonces la maestra le decía que era un inútil y que nunca llegaría a ser nada. El 1º de EGB era muy duro.
Un día la maestra dejó de venir y en su lugar acudió otra muy sonriente. Puso a los niños a leer uno por uno, y cuando llego el turno de Tolo este se puso a contar una historia que no venía en el libro. Yo estuve a punto de decirle a la nueva que se lo estaba inventando, pero mi compañero David me puso una mano en el brazo y me hizo un gesto para que callase. Cuando Tolo acabó su historia la maestra le felicitó por lo bien que había leído. Desde aquel día Tolo empezó a leer cada vez mejor, pero no historias tan buenas como aquella.


És perillós abocarse

Desde mi más tierna infancia, siempre que tomo el metro en Barcelona deseo ver a un perrillo desbocarse, y me imagino uno muy pequeño con la lengua fuera tirando de la correa de su amo. Reconozco que la estampa tiene algo de tebeo. Pero nada, no he tenido nunca esa suerte, no sé para qué ponen tanto anuncio si no pasa ni uno.


Desdichado, de Walter Scott

Son varias las alusiones a España en el Ivanhoe de Walter Scott, por sus armas, modas, caballos... Incluso el protagonista es conocido como "Desdichado". Hay cierto sabor cervantino en sus páginas, aventura y humor. La de Ivanhoe es una literatura al galope, enemiga del descanso, de nudos corredizos y tipos pintorescos. Es guión cinematográfico, sin intención. Tiene algo de Odisea de Homero, o mucho. Hay veranos para volver de las Cruzadas y devolver el trono al rey depuesto. Este es uno de aquellos.


miércoles, 13 de agosto de 2025

Soñando con Raphael

Anoche me encontré cara a cara con Raphael, en un sueño. Iba yo caminando por Úbeda, por una calles muy raras que parecían galerías comerciales y estaban llenas de gente de mucho postín, que vestían muy arreglados. Yo de pantalón corto solo podía presumir de unos calcetines muy elegantes y me los subí hasta las rodillas para enseñarlos mucho. En esto que me para una señora y me muestra una figura de un metro de altura, de forma aguitarrada, negra y roja, y me dice que es una tarjeta de invitación para una fiesta importante y yo le contesto por educación que es muy buena idea, aunque pienso otra cosa. Entonces levanto la vista y tengo delante a Raphael, que lo conduce del brazo un tipo con bigote muy sonriente. - Hombre, Raphael - digo muy efusivo, por la cosa de la sorpresa, y el también se sorprende, y nos damos la mano, que no me suelta. La suya es como un tablero de madera. Pero como no nos conocemos de nada solo nos miramos sonrientes y no hablamos, menos mal que el acompañante, rompe el hielo y pregunta lo que se pregunta en estas situaciones, por el tiempo y las vacaciones. Total, que Raphael hace un gesto muy raro y se aleja, y me deja con el del bigote que tampoco me suelta la mano y del que no sé como librarme. El caso es que también se termina marchado. Me aparto a una pastelería y allí esta mi mujer atendiendo, sin que yo supiese de tal actividad. Viene una joven que está hablando por teléfono y anuncia inundaciones en Córdoba, y voy y me despierto. En fin, qué ahí queda eso y que cada cual lo interprete como quiera.


Fiestas y sacrificios

Que digo yo que la del cordero podían celebrarla donde la nacional, ahora que la mayoría de los cosos no sirven para otra cosa sino para criar yerbajos. Esa arena se regaba de sangre de bichos, fuesen toros o caballos, también de homo sapiens, y bien pudiera ahora con la de ovino, sin capotazos ni banderillas, entre balidos. Lo raro es hacerlo en el polideportivo que uno va a correr, pero no a hacer el encierro. Pero estas son las noticias del verano, en esto que acabe ya están pensando en ganar las nuevas elecciones y colocar amigos, los corderos se quedarán para el cuento del lobo.


Caligrama a la inversa

Yo no sé si os pasa también, pero yo veo dibujos en las páginas de los libros, así, retirando la hoja de los ojos y fijándome en los espacios que separan unas palabras de otras, y uniéndolos con los de las líneas de abajo y del siguiente párrafo. Y se ven cosas muy curiosas, rostros pintorescos y alimañas del averno, paisajes extraños y laberintos sin salida. En ocasiones me resulta más entretenido pasar el rato uniendo estos espacios, como si fuesen puntos, que leyendo el libro, que también es otra manera de perder el tiempo, pero sin que te guíen. Un día tengo que hacer una exposición de estos retratos o escenarios caprichosos, obra inconsciente del maquetista, que yo rescato de la indiferencia. También me entretengo en averiguar esos grutescos del azar en las baldosas del cuarto de baño, en las paredes de gotelé o las pizarras cubiertas de tiza. Resulta todo muy diabólico, pero es mejor no prestarle mucha atención o buscarle el lado cómico.


sábado, 9 de agosto de 2025

La quema de la mezquita y lo barroco

La noticia es que se ha quemado la mezquita de Córdoba, pero en realidad ha sido una capilla dedicada al culto católico, porque hace ya varios siglos que es catedral cristiana. He visto unas fotos del interior y se ve todo muy chamuscado, entre arco y arco de herradura. Espero que no se haya perdido alguna pintura o escultura de valor artístico y, por respeto a los capillitas, ninguna imagen de esas que les escuchan y gustan de pasear. Creo que una vez, caminando entre sus columnas, tarareando la de Medina Azahara u otra, vi unos extintores anexos a los capiteles de pencas dando el cante y ahora me he han venido a la memoria, igual estaban de adorno. Siempre que miento la mezquita y ahora catedral me acuerdo de los cuadros de uno de los hermanos Carducho, que estudié durante la carrera. Me daba unas vueltas por allí, desde varias perspectivas, a ver si veía algo, porque era un pegote oscuro. Ahora parece que está más limpio, le han quitado mugre y puesto más luz, y descubro que era otro san Eulogio, el mío debió de llevárselo la mopa. A mí me gustaba visitarla entonces, a la hora del almuerzo, cuando había clase de latín y pocas ganas de leer a Salustio, el de la jodida conspiración de Catilina, que era sabino, pero no de Úbeda como Joaquín.


martes, 5 de agosto de 2025

Grecia a la vuelta de la esquina

Tuve por ocurrencia, un día de inspiración, buscar Grecia en cualquier rincón, sin salir de la geografía patria. Y no me fue muy difícil encontrarla porque, donde menos lo esperase, por pequeña que fuese la localidad, hallaba reminiscencia de la arquitectura clásica en edificios antiguos y nuevos. Me fijé también en la escultura y el relieve, las costumbres populares, la educación, la política y mil pequeños detalles. Y así, he llegado a la conclusión, por lo abundante de lo hallado, de que Atenas está en todas partes, sin tener que pisar el Partenón.



sábado, 2 de agosto de 2025

La deuda de El Profeta

Dicen las crónicas que llegado el postrero día al Profeta, reunió a los suyos, que eran numerosos, y les pidió que manifestasen públicamente si alguien tenía con él alguna deuda por saldar, pues no quería llevarse esta al día del Juicio Final. Salió un hombre de la multitud, que callaba, y reclamó tres monedas de plata, de una vez que se las prestó. Quedó El Profeta confuso, pues no recordaba el hecho, pero no demoró la exigencia, sacó tres dracmas de la faltriquera y se las dio al acreedor, que se marchó ufano.


viernes, 1 de agosto de 2025

El converso al islam

Quería el beduino Amrulcais vengar el asesinato de su padre y acudió al santuario donde tenía asiento el ídolo de DuhlKolosa, con el fin de conocer la suerte que le acompañaría en su propósito. Tres respuestas daba la divinidad en forma de flecha: la de la orden, la de la prohibición y la de la espera. Por tres veces salió la de la prohibición y Amrulcais perdió los nervios. Tomó las tres saetas y las hizo pedazos, y después se los arrojó al ídolo a la cara.

- ¡Maldito! Si hubiese sido tu padre el muerto no me hubieses prohibido ir a vengarlo.

Salió del santuario furioso, subió al camello y no se detuvo hasta dar con el Profeta, para acatar la fe en Alá y hacer la Guerra Santa al infiel.



miércoles, 30 de julio de 2025

La falsa moneda

Para mi abuela la posguerra fue dura porque todo el dinero que había ahorrado no servía para nada, por ser moneda de la República. Un día, cansada de pasar hambre cogió todos los billetes y salió a comprar, pero no había qué, y se volvió como se había ido. Por otra parte, en ninguna tienda se lo hubiesen aceptado, e incluso podía haber sido víctima de una denuncia anónima. Al final lo guardo todo en un cajón, porque se sentía incapaz de deshacerse de él. Cuando mi padre se hizo hombre cogió aquel dinero y lo quemó, por si las moscas, no fuese que un día acudiese la policía y en un registro diese con él y les saliesen con la comedia de que si todavía estaban esperando a que volviesen los rojos.
Años después, ya muy anciana y perdida la cabeza, tenía ese miedo a la incertidumbre que produce la edad y no hacía más que guardar dinero, por si surgía una necesidad, en los lugares más insospechados que, naturalmente, después no recordaba. Por lo que en la familia se decidió darle billetes del Monopoly, y de este modo calmar su ansiedad. Un día, por desgracia, escapó a un mercadillo cercano a comprar, y lo hizo con aquella falsa moneda. En el primer puesto que lo expuso le dijeron muy serios que aquel dinero no servía, Aquello fue un golpe tremendo a su sencillez, creo que se imaginó de nuevo en 1940. Volvió a la casa muy triste.

martes, 29 de julio de 2025

El libro parasitario o mudable

De un libro que vuelves a leer al cabo de unos, pongamos 40 años, de esos que no son los de cabecera, no recuerdas nada sino una o dos anécdotas, que no encuentras por ninguna parte por más que repasas cada párrafo. Los personajes son otros, con diferentes nombres, y hay nuevas situaciones. No comprendes nada, pero recuerdas que te gustó cuando lo leíste por primera vez, ahora no tanto o más, se dan los dos casos. Es la sensación, a la que te lees dos páginas, de que partes de cero. Sospechas que te equivocas de libro, pero redundas en su lectura por si lo rescatas del olvido. Es un desengaño agridulce terminar con la sensación de que el primero fue más bien soñado u otro. Soy de la opinión de que en ocasiones se cuelan en los estantes libros espurios, que tienen la habilidad de mutar o adaptase. No dejan de ser un tipo singular de parásito que anida en las bibliotecas, que muda de piel como hacen algunos reptiles, o cambian de pelaje como algunas aves o de exoesqueleto, si son insectos. Es una especie habilidosa que engaña al lector, o lo despista. Este último que he terminado ha de ser de esos. Desde este momento voy a vigilarlo meticulosamente, y a abrir periódicamente sus páginas sin avisar. Creo que así se moderará en sus transformaciones, pero también pienso que entonces perderé la oportunidad de que me cuente otras historias. Tal vez deba dejarle hacer, no deja de ser un chollo.


lunes, 28 de julio de 2025

El lagarto de Jaén, u otro

Un día me crucé con un lagarto, que de Jaén era, porque fue bajando por el paseo de España al polígono de los Olivares, a la altura de la ronda de los Marroquíes; pero no sé si el famoso u otro. Creo que lo segundo. Me salió así, por sorpresa, y me miró muy serio y luego, sin despedirse, se arremetió por un cañizo que hay a la altura de la rotonda de la pajarita, y se perdió en el follaje haciendo mucho ruido. Quise hacerle una foto con el móvil, pero me faltaban manos, porque el perro quería pillarlo y tiraba muy fuerte de la correa, y tuve que sujetarlo. He pasado más veces por el mismo sitio con la esperanza de verlo de nuevo, pero en vano. Era grande como un caniche, pero sin pelo, tirando a calvo, de color tierra y escamoso. Fue una experiencia chula, a lo parque jurásico, pero nivel Jaén.



domingo, 27 de julio de 2025

Baroja era inclusivo

El lenguaje inclusivo, imagino que sin intención, ya lo utilizaba Baroja, porque en su novela Laura, de 1940, ya habla de estudiantes y estudiantas, refiriéndose a los de medicina; y no es que sea adaptación moderna, de esas que ahora retocan sin pedir permiso al autor, porque esta edición que tengo es de 1981. La releo ahora, unos 44 años después, porque tengo la, quizás, falsa creencia de que en las relecturas, entre las páginas que una vez pasé, encuentre momentos olvidados de mi vida. A veces funciona. Precisamente pregunté a mi madre por el significado de "zalamera", cuando por primera vez leí este libro, porque me encontré la palabra en uno de sus párrafos. Y confío tropezar con otros detalles que me den noticia de aquellos días, para comprobar que siguen ahí, en alguna neurona adormilada y no perdidos para siempre.


Las casas viejas

Parecían estar más allá de este planeta, porque lejos está todo cuando se tienen cuatro o cinco años, pero, en realidad, “las casas viejas” se ubicaban en la calle de al lado, no había más que subir una cuesta para meterse en ellas. Era un conjunto de viviendas adosadas sin terminar, una obra abandonada a las afueras del pueblo, que nos resultaban ruinas de templo maldito o algo por el estilo porque allí dentro, entre paredes desnudas de ladrillos y llenas de mensajes obscenos, crecían matas espinosas y yerbajos, y convivían numerosos insectos y lagartijas, probablemente ratas. Eran espacios ideales para investigar, ir de caza o llevarse el recuerdo de una avispa, en ocasiones un sarpullido. Los mayores se escondían a fumar y te ordenaban no contarlo. También eran sitio para jugar a las madres, pero eso era propio de las niñas. Como eran cinco o seis edificaciones, podíamos repartirnos a nuestro gusto por cada una de ellas y hacer nuestros juegos sin meternos en el del vecino. Sólo había una ocupada, la más retirada, lindando con la carretera general, por unos gitanos a los que se veía muy de tarde en tarde, pero que nos ignoraban como nosotros a ellos, no tanto sus perros o el burro que tenían. Poco recuerdo tengo de aquellas exploraciones sino la de que cuando era época crecían setas y los niños se las comían como galletas, o cuando la peligrosa oruga procesionaria hacía fila y alguno tuvo la feliz ocurrencia de tocarlas. Era un sitio chulo.

jueves, 24 de julio de 2025

Paisaje marciano

El atardecer colorea la Bética de matices marcianos. Ese paisaje rojizo invita a tomar un Rover y recorrerlo. A simple vista no aprecio pirámides con rostro humano, aunque insisto en su búsqueda. El tiempo apremia y cuando el Sol se oculta definitivamente, el rojo se convierte en púrpura y este en azul opaco. Y es ahí cuando descubres lo poco que importan aquellas, sino que la magia estaba en la luz.


El logo de la biblio

Se van a gastar 10.694 euros en cambiar el logotipo de la Biblioteca Nacional. Y para que no nos quejemos de en qué se gastan el dinero público nos han salido con que le van a quitar la corona, de cuya existencia, personalmente, acabo de enterarme. Movido por la curiosidad me he ido a ver el logo actual y sí, bueno, echándole imaginación, y si te apuntan, deduces que lo que te parecía un sillón orejero es una coronita sobre un cabezón. Debe haber menguado en alguno de los últimos lavados de cara de la institución. Pues vale, pues muy bien, son tiempos de crecimiento económico y estamos para tirar la casa por la ventana. Los diseñadores gráficos también tienen derecho a vivir de su trabajo, porque tampoco es cuestión de que todo lo haga la IA. Pero ya puestos a ser tan democráticos, ¿por qué no han dado la ocasión al pueblo para que se exprese?, con un concurso popular, por ejemplo, en escuelas y geriátricos. De este modo se podría dar un premio a una niña o una anciana, por su originalidad y capacidad de resumir a las generaciones venideras en una imagen el bonito significado de la Biblioteca, y no digo Nacional porque suena facha. Saldría mucho más barato y movilizaría a la población para acercarse a la misma. Pero es soñar por soñar, lo único que nos saldrá gratis.


lunes, 21 de julio de 2025

La ultima de Superman contra Barbie

Lo que más me ha gustado de Supermán ha sido la máscara del negro. El resto me ha parecido un batiburrillo, ahora lo llaman homenaje, de detalles anecdóticos y gadget de otras pelis. No sabía si estaba con Barbie, Spiderman, Alita o los Increibles. Al final renuncié a racionalizar todo aquello y me dio un ataque de risa ante tanta tontería junta. Creo que me tomaron por loco en la sala. En la misma en la que todo el mundo tenía las piernas por alto y un menú completo con doble de palomitas azucaradas sobre la bandeja. Llegué a la conclusión de que era una verdadera pena no estar viendo la peli en un cine de verano, de los de antes, de aquellos en los que la gente acudía huyendo del calor a ver lo que fuese y con ganas de hacer chistes fáciles a costa de los guionistas. Creo que estaría a la altura de títulos como 3 Supermanes en Tokio, El Zorro contra los 3 mosqueteros o Drácula contra Frankenstein, por mencionar alguna. El cine popular nunca muere. Ahora toca la de los Fantásticos.



domingo, 20 de julio de 2025

La carpintería de Andrés

En la esquina de la calle donde vivía mi abuela, allí en Úbeda, pared junto al pilar donde las bestias y los racionales bebíamos agua, tenía la carpintería Andrés, que era un anciano que sobrevivía como su oficio, muriendo poco a poco. Tenía el taller a la entrada y el suelo, que era un firme irregular de cantos rodados muy apretados unos con otros, estaba lleno de virutas como serpentinas. En las paredes se apoyaban tableros, tablones, listones y un calendario amarillento. Sobre la mesa de trabajo se repartían los útiles, entre los que destacaba un cepillo de hoja afilada, que invitaba a despertar de su sueño. En una esquina había una escoba y un recogedor. El cuarto se iluminaba con una bombilla muy sucia y desnuda, que pendía de un mugriento cable. A mí me gustaba visitar a Andrés porque siempre me hacía algún juguete, que solía ser una espada, aunque yo le pidiese un coche de carreras u otros disparates por el estilo. Todavía vivía gente que había hecho la guerra en África. Entonces los niños luchábamos con moros imaginarios y una espada, aunque de madera, era un arma muy útil para defenderse del asalto de Alí Kan. Mi abuela me insistía en que le dijese que no le hiciese punta, y si no seguía sus indicaciones ya se encargaba ella de capar la tizona. Una vez, envalentonada, se animó a hace una, con mucha voluntad, pero muy mal clavada la cruz del mango, porque no supo hacerle el bocado previo para que ambas piezas casasen, pero así evitó que volviésemos armados y nos diésemos una estocada traicionera. Para mi abuela todas las armas las cargaba el diablo, eso no era óbice para que alguna que otra vez usase un tirachinas. No tuve mucho tiempo para hacer más amistad con Andrés, porque murió a los pocos años. Era un tipo paciente y bondadoso, con todo el tiempo que daba entonces la vida, que no entendía de horarios.


sábado, 19 de julio de 2025

Del concierto del Chiquetete aquel, en Jódar

El Vico era un amigo segurata que había hecho la mili en Barcelona, en caballería creo recordar, aunque era de Linares, y contaba que le dieron muchos permisos y estuvo trabajando para el mejor escultor de la capital condal, que lo contrató como modelo, y cuyo nombre no recuerdo por más que he querido indagar, que lo mismo no ha sido suficiente. Pese a todo no pierdo la esperanza de encontrar algún retrato suyo en algún monumento catalán. Tocaba el acordeón de oído y cuando viajaba en el tren de Linares a Barcelona ligaba con extranjeras, y lo hacía bien. Vico, como se puede comprobar, tenía una buena colección de anécdotas que contar y no faltaron pocas ocasiones para oírlas, tuve esa suerte. Era muy buena gente y alguna vez se rieron de él los compañeros, y eso le dolió bastante. Ya lo contaré otro día. Ahora toca lo del concierto de Chiquetete en Jódar, ese municipio de Jaén semillero del comunismo más ortodoxo en la década de los 90, donde los vecinos daban el voto a Batasuna en las generales. El retrato de Stalin presidía en salón de plenos del ayuntamiento, con el de Lenin y el Che Guevara. Los escolares confundían a la dama de Elche con la esposa del revolucionario. Eso no impedía que un pueblo tan progresista disfrutase de la música más popular, de profunda raigambre andaluza, pero no exenta de novedades, como era entonces la de Chiquetete. Se organizó el concierto del que hablo y al Vico lo enviaron con otro compañero a ocuparse de la seguridad, el presupuesto no debía ser muy alto. Allí acudió la flor y nata de los amantes del cante y sus versiones melódicas, dando palmas y taconeando, gente con mucha melena y trajes de corte que venía de los alrededores a disfrutar del celebrado artista. Entonces los de Jódar tenían fama de ser muy rurales, poco protocolarios y viscerales, directos, muy brutos, en pocas palabras. El caso es que en la puerta del recinto donde fuera a darse el concierto, se sumaban y sumaban admiradores, con o sin entrada, y estos últimos, con el argumento de que Chiquetete era para ellos como su padre o el mismísimo hijo de la Virgen María, exigían un pase, un rincón para ver y oírlo. Algunos ya trepaban los muros y Vico y su compi corrían de un lado a otro para impedirlo. Otros, menos arriesgados, esperaban a que se abriesen las puertas y, para no aburrirse, levantaban los adoquines de la acera y hacían castillos. El concierto se retrasaba y empezaba a cundir el nerviosismo. La noche avanzaba y aunque se veían las estrellas amenazaba tormenta. Se asomó el Vico a preguntar qué era lo que pasaba, para poder dar razón a los seguidores que se agolpaban en la puerta y expresaban con malas formas su quita. Allí en el improvisado camerino estaba el Chiquetete sentado a una mesa bien rodeado de sustancias tonificantes porque, según sus propias palabras, no podía, no podía. Y mientras, el público se impacientaba. Aquello no parecía tener más solución que anunciar la suspensión del concierto y le dejaron la papeleta a los seguratas, que estaban en la puerta principal. Por otra más discreta saldrían los músicos y su líder. No voy a contar el canguelo que le entró al Vico sabedor de la responsabilidad que le habían adjudicado, parece que lo veo sudar y palidecer como cuando lo contaba. Al otro lado de la puerta se oían golpes y gritos de amenaza. En un momento dado, inesperadamente, se fueron las luces y la calle quedó a oscuras, y se organizó un gran escándalo. Como la ocasión pintaba calva, el Vico y el colega no se lo pensaron dos veces, hicieron mutis por el foro y se escaparon entre el gentío. Con la habilidad de una rata llegaron hasta el coche, que habían aparcado al final de la misma calle. Pero cuando fueron a arrancar volvió la luz y rápidamente fueron identificados por los congregados.

- ¡Los seguratas, que se escapan los seguratas! – y la muchedumbre se abalanzó sobre ellos dispuesta a cobrarse las entradas.

En ese instante ya solo pensaron en salvar el pellejo y de un acelerón salieron disparados de un linchamiento seguro, llevándose por delante a más de un jodeño.



viernes, 18 de julio de 2025

Méntrida se hizo humo

Ahora que arde Méntrida recuerdo sus tardes de verano, tardes de siesta que dormían los mayores, arropados por un manto de calor, que detenía el tiempo. La tele también reposaba su blanco y negro. Las chicharras cantaban sin cesar y convertían su música en silencio. Tenía dos horas de digestión por delante antes de sumergirme en la piscina, para ir por un botijo de agua a la fuente, para meter saltamontes en un hormiguero, montar en bicicleta bajo los álamos oscuros, recorrer el cauce del río, visitar las viejas bodegas, y para leer las aventuras de los cinco y unirme a ellos. Aquella Méntrida era otra, pero también humo ahora.



jueves, 17 de julio de 2025

Los dientes de Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez tuvo que salir de España cuando empezó la guerra porque fue denunciado por el diario Claridad, un periódico socialista que tuvo en el punto de mira a los intelectuales que consideraba tibios con la causa republicana, según la entendían ellos, que no era la burguesa. Le ayudaron a agilizar el papeleo para el pasaporte Rivas Cherif y Manuel Azaña, republicanos liberales, cuando todavía podían nadar y guardar la ropa. A este dato hay que añadir además su detención previa por una checa anarquista, dispuesta a darle el paseíllo, pero que se libró porque sus dientes eran blancos y los milicianos buscaban a uno con dientes de oro, pero de nombre semejante.


miércoles, 16 de julio de 2025

El humor de Vicente el de Totem

De todos los que como dependientes pasaron por la tienda de El Gordo, aquella de la Corredera, el santuario comiquero de los 80, hablamos de Córdoba, recuerdo con cierta simpatía a Vicente, que no era el Galadí en Off, sino otro. Cada uno de aquellos merece un capítulo, pero hoy nos detendremos en el mentado, del que no puedo decir que recuerde mucho sino algunas anécdotas. Vicente no era un tipo muy alto ni muy atractivo, al contrario que su novia, pero tenía un aire francés que lo hacía muy interesante, o eso me lo parecía a mí. Creo que hubiese hecho un buen papel en alguna que otra película cómica como doble de Christian Clavier. Cualquiera que acudiese a la tienda sabía, al verlo allí, que iba a pasar un rato de lo más divertido, porque era un tío con gracia y sobre todo con un buen repertorio de chistes, de la Córdoba más popular e indómita, surrealista y pinturera. Por desgracia no recuerdo la inmensa mayoría de aquellos, que me desarmaron en su momento, pero sí uno que tuve ocasión de oír en el Plateros de la calle María Auxiliadora, una tarde-noche que nos juntamos unos cuantos a hablar de cómics y de las jornadas del cómic, sedientos de birras y tintos. Se contaron muchos, pero el que sigue es que me impactó profundamente, y todavía saboreo en ocasiones, porque es difícil de olvidar y conviene repartir para salir de su maligno encantamiento.

La situación era la que sigue, unos amigos estaban en un bar pimpando y uno dice que va al servicio a orinar. Pasan los minutos y no regresa. La espera se eterniza y los compañeros, preocupados, deciden ir a buscarlo. Llaman a la puerta del servicio y el otro responde que ya sale, y lo hace cubierto de mierda. (En estas que conviene informar que el váter no era de taza sino turco, de orificio de drenaje).

- ¿Qué te ha pasado?

- Nada, que estaba orinando y se me ha caído la dentadura al agujero. Y he estado buscándola.

- Pero, hombre, si te has puesto de mierda hasta la boca.

- Calla, calla. Si es que he sacado tres y ninguna es la mía.



martes, 15 de julio de 2025

El Lorca más criminal

"(...) A la mañana siguiente fue encontrada en la playa la condesa de X con un tenedor clavado en la nuca. Su muerte debió de ser instantánea. En la arena se encontró un papelito manchado de sangre que decía: Puesto que no puedes convertirte en paloma, bien muerta estás.
Los policías suben y bajan las dunas montados en bicicleta.
Se asegura que la bella condesa X era muy aficiónala a la natación, y que ésta ha sido la causa de su muerte.
De todas maneras podemos afirmar que se ignora el nombre de su maravilloso asesino."

Federico Garcia Lorca, Nadadora sumergida, homenaje a un cronista de salones, 1928.

domingo, 13 de julio de 2025

De cuando los ingleses acamparon en El Escorial

No pudo Felipe II hacerse con las islas británicas enviando la Invencible y, sin embargo, el ejército inglés acampó en los alrededores de El Escorial siglos después. El suceso acaeció en noviembre de1808, cuando el pueblo español se alzaba contra el invasor francés y recibió la inestimable ayuda del rey de los hijos de la pérfida Albión. Estos, comandados por Wellington, habían vencido a Junot en Portugal. El dato lo aporta Alcalá Galiano en sus memorias, reflexionando sobre las incongruencias de la historia. Entre otras, ver cómo los enemigos se convierten en aliados según las circunstancias.


jueves, 10 de julio de 2025

Centauro de papel

Mi tío Antonio no era un hombre ilustrado, pero le gustaba leer novelas del oeste. Sabiéndolo, yo le animaba a conocer los cómics del Teniente Blueberry, pero no le convencían, porque no salían mujeres, o no como él las esperaba. En cierta ocasión, rompiendo su regla, leyó La niña de Luzmela, de Concha Espina, que no tiene nada que ver con pistoleros ni es un tebeo, sino una novela algo perturbadora, y nos anunció que le había gustado mucho. Era una edición de Austral que todavía anda por casa. Años más tarde, cuando ya había fallecido, me lo leí yo también, por ver si entre sus páginas me reencontraba con él, pero sin mucho éxito. Tal vez porque no lo leímos juntos en su momento. Sin embargo, con él tropiezo en otras páginas, de otro libro. Un día que repasábamos a una la Historia del Arte de Salvat, el tomo II, el de los griegos y romanos, porque entones había tiempo para repasar enciclopedias, la foto de un centauro despertó su atención y rugió de asombro con un exabrupto. Y a colación se remitió al relieve que adorna la fachada del Salvador de Úbeda, y mencionó una finca que llamaban del caballo, por ser lugar en el que se había criado.  Tardé un rato en reponerme de la impresión que me produjo su salida. Y animado le pregunté que si existieron alguna vez aquellas criaturas y él me dijo que a lo mejor en el pasado existió algún “fenómeno” como aquel. Aquella palabra resonó como a nueva en mi cabeza y desde entonces, cuando evoco a mi tío revivo el instante en el que admiramos al fenómeno y temo que quedó atrapado en aquella imagen, él, que siempre soñó con el oeste americano, convertido ahora en un centauro.



miércoles, 9 de julio de 2025

Las cuentas no salen, o igual no hay que esperarlo

0,01 euro es el beneficio obtenido el último mes por mi última novela, vía Amazón. Por la anterior ni eso. He de confesar que en una ocasión fueron 0,2. Lo habitual es que los meses se pasen en blanco. Un día, por curiosidad, tengo que entretenerme en averiguar en qué lugar del ranking de los más leído me encuentro, pero igual no soy ni el primero de los últimos. Podría llorar y patalear, sentirme un incomprendido, refugiarme en la bebida o emular a Larra, pero ya estoy escribiendo otra, lo mio es una enfermedad, un vicio solitario. A esto no se le puede llamar trabajo porque no es negocio. Por otra parte, lo del arte por el arte y esas zarandajas también son majaderías, creamos porque es el signo del Homo Sapiens, no es ningún don, sino que forma parte de nuestro ADN. Hay que reírse de todos esos sofismas y estampas literarias que han inventado los mercaderes del templo. Lo incontestable es que nos arrastra el río de la vida, o riada, a una velocidad vertiginosa, y que, al fin y al cabo, iguala a todos en naufragios. Lo malo es que no sabemos si al final del camino encontraremos vivos a nuestros cerdos, que es lo que verdaderamente preocupaba a Ulises, léase la Odisea.


martes, 8 de julio de 2025

La chicazo

No recuerdo su nombre, pero era una chica nueva que entró en el cole cuando ya había empezado el curso. Era un primero de EGB. Como tenía el pelo corto, que no era lo habitual en una niña, la empezamos a llamar la “chicazo”. El primer día se lo dijo todo el mundo y la pobre entró en clase corriendo, agachó la cabeza y se escondió como pudo. Pero lo cierto es que antes de que terminase la semana ya nadie la llamaba así. Yo creo que como era distinta me llamó la atención y un día decidí sentarme a su lado. Entonces, para estar en clase, nos poníamos un baby blanco con cuadraditos azules. Esto del Baby viene a cuento porque tuvo su importancia. No tardamos en entablar conversación, pues era muy parlanchina, y contarnos cosas. Yo creo que fue el mismo día que la maestra me pidió el cuaderno de matemáticas y me arreó un tortazo por meter cuatro triángulos en un conjunto que tenía que ser de cinco. Fue debido a estar muy despistado. La chicazo me había enseñado un lunar muy grande que escondía en un brazo, remangándose el baby y ocultándolo muy deprisa, que fue visto y no visto, mientras se echaba a reír, por hacerme partícipe de un secreto tan grande; y yo también me carcajeé, sin comprender muy bien por qué, supongo que para no quedar mal. Fue una sensación entre terrorífica y misteriosa. No mucho después la chicazo dejó de venir a clase, se fue como vino. Pero no he podido olvidarla.


Monumentos y Memoria

Los monumentos a la Memoria Histórica poseen cierto sabor a aprobado general. Una serie de nombres se suceden al amparo de una lápida que los reconoce como los que dieron la vida por defender la libertad y la democracia. Poco importa el modo, si fue de forma pacífica o violenta, si obraron conforme a la ley o cometieron delitos de guerra, si fueron conscientes de sus actos o llevados por las circunstancias. En esta beatificación masiva no hay distingo entre los que lucharon por el comunismo libertario, el estalinismo, el independentismo o el republicanismo liberal, (masonería). A la conclusión que conduce su lectura es que todas aquellas personas pelearon por lo mismo, que iban a una. No existía conflicto, por tanto y por ejemplo, en el asunto de la propiedad, si era más adecuada la privada o la estatal, o más conveniente que no existiese. Descansan, en fin, en un limbo idealizado donde no hay espacio para revoluciones ni revolucionarios. Simplemente fueron los buenos.


domingo, 6 de julio de 2025

El arte del camuflaje

Mi padre siempre supo adaptarse a las circunstancias, las veces que acudía a casa alguna que otra visita no necesariamente inesperada, pero sí de gente que nos tocaba de lejos. Así, por ejemplo, si acudía alguien fachurro y mi padre tenía a mano El País, que era el que compraba habitualmente, salía, sin venir a cuento, con aquello de que siempre compraba el Alcázar pero que si no lo tenían en el quiosco terminaba haciéndose con el Ya, el ABC y, cuando no le quedaba más remedio, recalcaba, con el que casualmente estaba allí delante; y de este modo, con esa expresión de mentiroso que ponía, salía librado del lance. O como en aquella otra en la que vino a casa uno del PCE y mi padre montó un escudo con una hoz de mi abuelo y un martillo de bola, y se lo llevó hasta el dormitorio como para enseñarle la casa, donde el Cristo había desaparecido misteriosamente. Pero la mejor fue aquella en la que estaba viendo a la Cantudo en pelota sobre un caballo blanco, que salía en el Interviú, que lo sé porque yo estaba parapetado tras sus hombros, memorizando aquella imagen, y mi madre le llamó la atención; y en un hábil gesto cambió de página como un mago y se la enseñó para acallar sospechas, que resultó ser un artículo del Umbral. Ahora se hace lo mismo, pero minimizando la pantalla.  Si lo sabré yo, que además escribo.




miércoles, 2 de julio de 2025

Adolfo Usero, recuerdos celestes

Se ha muerto Adolfo Usero que era un dibujante de los que no se olvidan, aunque siempre se situó en segundo término, acompañando a otros. Formó parte de esa extraordinaria galería de artistas, novedosos entonces, que ilustró nuestra imaginación allá por los setenta, y después. Para mi recuerdo queda aquel Roldán sin miedo, con guion de Víctor Mora, cuya anunciada reedición no se materializó. Tuve ocasión de charlar con él sobre ese tema en 2007, en Granada, con motivo de un salón del Humor que organizó el voluntarioso Martín Favelis y atrajo a varias figuras del mundillo del comic. Fue una conversación singular, sobre ojos azules, ni sobre el Domingo Rojo ni sobre Maese espada, sino por el detalle de que algunos andaluces tuviésemos los ojos de aquel color. Y se refería al amigo Miguel Ángel Alejo y a mi persona, que estábamos con él. Supongo que tenía la equivocada idea de que en el sur todos somos morenos, o vete a saber si era por otra cuestión, porque hay que fijarse mucho para darse cuenta del detalle. El caso es que yo aproveché, por deformación profesional, para hablarle de la migración de colonos alemanes a Andalucía en tiempos del rey Carlos III, y el caso de Sierra Morena, y que quizás tanto Alejo como yo tuviésemos sangre de alguno de aquellos, que bien podría ser fantasía mía, por no retrotraerme a los vikingos que fueron guardia de los califas de Córdoba y alguna más de esas. Y supongo que hablamos de otra película que el tiempo o la visión de la Alhambra, porque la teníamos en frente, al otro lado del Darro, borró de mi pensamiento.


viernes, 27 de junio de 2025

El arte es de risa

Hay una considerable parte del arte moderno que provoca risa, por lo ridículo. Es un fenómeno que se viene repitiendo los últimos siglos. Pero hay un considerable número de personas que lo contemplan con seriedad, hacen sesudos estudios, escriben críticas. Es una actitud equivocada. El mensaje real es cómico y hay que reivindicarlo, hay que carcajearse. Recuerdo a unos discípulos míos de raza calé a los que en cierta ocasión puse en clase un ejemplo de flamenco, un youtube, de un ballet celebérrimo que actuaba en New York. Cuando ellos vieron aquellas evoluciones en el escenario me preguntaron que qué es lo que hacían aquellos personajes allí. Les dije que bailaban flamenco. Y ellos se empezaron a carcajear como nunca antes los había visto. Entonces uno me puso un vídeo del móvil, en el que salía su madre bailando en la cocina, de su casa, supuse, sin apenas espacio, rodeada de familiares y parientes, al compás de palmas y requiebros, despeinada, descalza y con la ropa de andar por casa, que igual era la de ir por la calle. Esto es bailar flamenco, me dijo muy serio, con esa cara de perdonavidas que te ponen los gitanillos cuando llevan la razón. Y tuve que dársela. Y por eso reivindico que lo pretendidamente culto no es sino pose, vestido del emperador que va desnudo, y merecido objeto de burla y escarnio, como merece cualquier gobernante por divino que quieran venderlo.


miércoles, 25 de junio de 2025

El hidalgo y el villano



 

La isla del gigante de bronce en Kindle




 

El mes gay

Eso del día, o ahora el mes, del gay me parece una obviedad porque el que es gay lo es todo el año, o toda la vida. Es decir, que puede estar celebrándolo siempre y cuando quiera, independientemente de si es junio o julio, agosto o septiembre, octubre-noviembre, y así hasta el infinito y más allá. Es como un no cumpleaños, en el que puedes representar el papel de sombrerero loco, liebre de marzo o Alicia. También vale de reina de corazones. Cuidado con las cabezas que también aquí han brotado moralistas.


martes, 24 de junio de 2025

Por san Juan

Lo bueno de llamarse Juan es que a uno lo felicitan el día de éste. Esto de los santos es una costumbre muy pagana, como lo de la Macarena, que conviene que se mantenga para recordarnos que en un pasado no muy lejano nuestros antepasados creían en las ocultas fuerzas de la naturaleza y ahora en la suerte o la lotería primitiva, y todavía en el comunismo libertario. Decía Lorca que un mundo sin religión podía resultar muy aburrido, y se recorría con Morla Lynch todas las procesiones de España. Yo recibo con satisfacción las frases cargadas de buenas vibraciones de un día como es este. En realidad mi santo es san Juan de la Cruz, por ser este patrón de Úbeda, pueblo originario de mi casta, pero acepto la onomástica del evangelista porque de la del otro no se acuerda nadie. Digo evangelista pero no se sabe si fue este u otro Juan el que escribió el último de los tres, que no es sinóptico ni nada sino gnóstico. El caso es que se le representaba acompañado de un águila, como al mismo Zeus, y quizás por eso he adoptado un pollo que me encontré el otro día, que estaba a expensas de ser devorado por cualquier gato hambriento. Igual no sale aguilucho sino palomo, o mirlo. Me conformo con que sea grajo, para hacer lo del chiste en noviembre. El asunto es que felicidades a todos los tocayos.


sábado, 21 de junio de 2025

Aristóteles: teatro, poetas e historiadores

Decía Aristóteles que en el teatro, para ser aceptadas por verosímiles, las cosas han de suceder conforme a unas leyes propias, no necesariamente idénticas a las del mundo real, pero sí semejantes. De este modo el poeta cuenta los hechos como deberían haber sido y el historiador como en realidad fueron. El poeta generaliza y conforma un artificio. El historiador va al dato pormenorizado y anula la leyenda.

viernes, 20 de junio de 2025

¿Eran los madrileños mamelucos?

El 2 de mayo es ese cuadro de Goya que también se llama La carga de los mamelucos. Esta segunda denominación viene motivada porque en el lienzo, que representa el combate entre los madrileños y las fuerzas de ocupación francesa, aparecen unos soldados egipcios, mercenarios, al servicio de Napoleón. El asunto de esta entrada está en el dato de que en España se llamaba mamelucos a los que eran contrarios a la alianza con el francés. Es detalle que relata Antonio Alcalá Galiano en sus memorias. Desconozco quién dio nombre al cuadro y el motivo exacto, pero bien pudiera obedecer a esta segunda acepción de la palabra, haciendo de los madrileños unos mamelucos.


jueves, 19 de junio de 2025

El rapto de las gordas de Rubens

El rapto de las hijas de Leucipo, el de Rubens, era uno de los cuadros que más me distraía cuando era niño. Venía a página completa en la enciclopedia de Arte de Salvat, una versión reducida del Summa Artis, la de Pijoán. Ya lo he contado antes. Nunca comprendí con exactitud lo que allí pasaba, porque no tenía ni idea de lo que era un rapto. Tampoco sabía que se trataba de Cástor y Pólux, los hermanos gemelos de Helena de Troya y Climtemnestra; de un tropiezo que tuvo la madre, Leda, con un cisne que no era sino Zeus. Un lío. Pero es lo de menos, porque lo que a mi me llamaba más la atención era unas señoras muy gordas, en cueros, que parecían tener un serio problema para subirse a unos caballos, caracoleando uno y con cara de tonto otro, y unos señores las ayudaban, o eso creía yo. Todos parecían muy torpes. También me chocaba que aquellos tipos estuviesen tan bronceados y ellas tan blancuzcas. Estas eran las hijas de Leucipo. Luego estaba un niño con alas que se asomaba por detrás de un caballo y me miraba. Este me daba mucha envidia porque aprovechando el jaleo se habían encaramado al animal y ya le sujetaba las riendas, por lo que yo interpretaba que en cualquier momento iba a escaparse a lomos de aquel, mientras que los otros terminaban en el suelo. Luego me imaginaba que los dos galopaban muy deprisa, como en película de vaqueros, y después de un salto muy grande, volaban ayudados por las alas del pequeño. Una gran aventura, ya te digo. Algo así pasa en la que escribí en la de La isla del gigante de bronce, pero no es lo mismo, aunque también va de laberintos.

lunes, 16 de junio de 2025

Otra de las sin sombrero, que se puso boina

Las sin sombrero, es la definición que en la actualidad se utiliza para referirse a las mujeres que pertenecieron a la Generación del 27. Pero lo cierto es que lo uno no tiene nada que ver con lo otro, es una asociación arbitraría que ha tenido éxito y ya se encuentra incluso en los libros de bachillerato. Ya comenté en una entrada anterior que la propuesta parte de una anécdota que relató Maruja Mallo en una entrevista. La pintora se refería a una travesura juvenil que protagonizaron la mentada, Federico García Lorca, Salvador Dalí y Margarita Manso. Se trató de una anecdótica e intranscendente reivindicación de la homosexualidad, sin un propósito meditado, sino casual e improvisado. No obstante, la asociación que señalo ha tenido éxito y ahora se utiliza para englobar en ella a las mujeres que a finales de la década de los 20 e inicios de los 30 tuvieron cierto protagonismo en el mundo de las artes. En realidad, ellas jamás se denominaron así, sin sombrero, ni se sintieron parte de ningún grupo. Como era de esperar, por los tiempos que corren, se han señalado virtudes feministas en todas ellas. Sin embargo, si retornamos al principio y nos detenemos en Margarita Manso, una del cuarteto original que dio pie al término, descubrimos que militó en Falange. Pero antes de llegar a ese punto interesa señalar otros datos curiosos, como que fue miembro de la conocida Orden de Toledo, o modelo para su profesor de pintura, Julio Romero de Torres, o que Federico García Lorca le dedicó su romance Muerto de Amor, incluido en el Romancero Gitano. También fue retratada por su amiga Maruja Mallo. Margarita tuvo una relación sentimental que terminó en matrimonio con el pintor Alonso Ponce de León, que se encargaba de los escenarios de La Barraca. Ponce de León estaba afiliado a Falange Española y al inicio de la Guerra Civil fue asesinado por orden de la checa de Fomento o de Bellas Artes, que así se llamaba este tribunal popular formado por libertarios, en su mayoría.  Margarita huyó de España, pero en 1938 regresó y se instaló en Burgos, donde colaboró en numerosas actividades culturales con Dionisio Ridruejo, conocido falangista defensor de la obra de Antonio Machado y que acabó siendo defenestrado por el régimen. La actividad cultural de Margarita fue mermando tras su segundo matrimonio con un cebrado endocrino afín a la dictadura, Conde Gargollo. Murió con 51 años de cáncer de mama. Con ella se fueron un buen puñado de peripecias protagonizadas con sus tres compañeros sin sombrero, Lorca, Dalí y Mallo. Margarita optó por un bando, importan poco las razones con las que quieran justificarlo, pero no debe silenciarse su pasado para inventarse otro. Pero cualquiera cambia ahora la historia oficial.


domingo, 15 de junio de 2025

Las sin sombrero, cosas del tercer sexo

De un tiempo a esta parte no es raro encontrarse la referencia a las sin sombrero, queriendo señalar con esta expresión a aquellas mujeres que pertenecieron a la generación del 27. Pero poca gente sabe que detrás de tal definición estaban Lorca, Dalí, Margarita Manso y Maruja Mallo. Fue esta última la que contó la anécdota en una entrevista ya legendaria que se le hizo en TVE a inicios de los 80, (Maruja Mallo a fondo, está en YouTube), y dio origen al termino, sospecho. Tuvieron la ocurrencia los cuatro mentados de atravesar la Puerta del Sol desprovistos de sombrero y el resultado fue una lapidación por el atrevimiento, pues tal acto era una manifestación pública de homosexualidad, del tercer sexo que dijo Mallo. Para evitar las piedras y los insultos que volaban por doquier tuvieron que refugiarse en el metro.


miércoles, 11 de junio de 2025

Lo que queda del recuerdo pompeyano

Un día que visité Pompeya me vine con el recuerdo distorsionado, que es lo que sucede en todos los viajes, que vas con unas expectativas y te traes lo que menos esperabas. Es una pena, pero así es la vida, no siempre impresiona y queda en la nitidez del recuerdo lo que a uno le gustaría. En lugar de los frescos y los mosaicos, los elevados pasos de cebra y las arcadas, las termas o las domus, me traje la estampa de una inglesa muy amargada, que era la de la agencia, el guía que decía ser profesor y se cabreaba si no le atendías, unas catalanas que hacían chistes de todo, pero en castellano, un chileno que hablaba del dinero que ganan los abogados, y quería comprarse un camafeo con el rostro de Augusto, un norteamericano de Harlem muy sonriente con un ventilador de mano, una señora mayor que copiaba cupidos de una pared y conocía al guía, un perro sin dueño que no paraba de seguirnos, unos tipos que me dirigían a un autobús que no era el mío, y otros que me vendían guías de Pompeya, Nápoles o su museo. Y mil detalles de estos o semejantes que son los que cubrieron como las cenizas la ciudad y llenaron la mochila que me traje de vuelta.


martes, 10 de junio de 2025

El tamtam de Apachete

Apachete era un muñeco algo articulado que tenía por gracia tocar un tambor. Era una figura cilíndrica con cara de indio, (apache se supone), adornada con pinturas de guerra. Llevaba incorporado a la altura de las rodillas un pequeño tambor que simulaba golpear con ambas manos, sin mucho entusiasmo. Iba a pilas y al tiempo que hacía el ruido del tamtam sonaban unos cánticos guerreros provenientes de su estómago. Era uno de aquellos juguetes que no servían absolutamente para nada, salvo para verlo en acción los cinco primeros minutos. Luego era condenado a ser olvidado en una estantería. Un día que con mis padres acudimos de visita a casa de unos parientes lejanos, descubrí que tenían un Apachete sobre la mesita en la que descansaba el teléfono fijo, de aquellos con cola de los de antes.  Mientras mis familiares hablaban de sus cosas, yo dediqué la tarde a la concienzuda tarea de comprobar el funcionamiento de Apachete. Fuese porque le di mucho que hacer o que las pilas estaban secas, el caso es que aquel piel roja dio su último concierto, para mi disgusto. Tentado estuve de sustraerlo de aquella prisión y llevármelo a la casa. No sería la primera vez que robaba un juguete en casa de un primo, como también lo hacía en la de los vecinos. Pero Apachete no cabía en mi bolsillo y no podría justificarme con lo de que me lo había dejado allí dentro olvidado, mi excusa favorita, que mi madre ya conocía. Que por cierto, tenía la fea costumbre de devolver lo que me llevaba. A muy pesar mío Apachete se quedó en su balda, expuesto a los timbrazos del teléfono. Me consolé pensando que tal vez le pondrían pilas, para otro día que volviese. El caso es que no regresé a aquella casa, no recuerdo quien vivía en ella, y si lo hago es por el Apachete. Vete a saber qué primos fueron aquellos, si le darían o no otra oportunidad de cantar al manitu o lo condenaron al silencio definitivo.


domingo, 8 de junio de 2025

Lecciones de moral


 

El rey persa marcha al combate

Cuando el rey persa decidía ponerse en marcha al amanecer, el ejército era encabezado por los magos que transportaban sobre un altar el fuego sagrado y eterno. Jóvenes vestidos de púrpura les seguían, tantos como los días del año. A continuación, un carro tirado por enérgicos caballos negros y conducido por aurigas vestidos de blanco transportaba una imagen de Ormuz, el dios del cielo. Un rocín albo que representaba al sol venía tras ellos. Doce caballeros de doce pueblos distintos, diversos en su forma de vestir y armas, custodiaban el tesoro sagrado. A estos les seguían los “inmortales”, 10. 000 valerosos guerreros, vestidos de hierro y oro. Pocos pasos después acudían los nobles, familiares del rey, lujosamente vestidos. Tras ellos los “doríforos”, encargados de sostener la cola del manto del monarca. Precedían a este último, sentado en su trono, que estaba instalado sobre un carro adornado de oro, plata y piedras preciosas. A ambos lados se elevaban dos estatuas de oro, representación de los fundadores del imperio: Nino y Belo. 10. 000 lanceros custodiaban al rey. No muy atrás acudían la madre, mujeres e hijos del rey, montados en carros no menos ricos que los de aquel. Les seguían 365 concubinas, cientos de eunucos e institutrices, personal de servicios, criados y trabajadores. Tras ellos podía contemplarse el tesoro real, sobre 600 mulos y 300 camellos, defendido por docenas de arqueros. Y cerraban el cortejo miles de guerreros provenientes de todos los lugares del imperio, obedientes a los pactos y amenazas que los sujetaban a cumplir con la obligación de entrar en combate en defensa del tirano que los sometía.

Por la marcha de tanta y diversa gente, la tierra en derredor temblaba.

jueves, 5 de junio de 2025

La isla del Gigante de bronce a la vista

Un pueblo belicoso, hecho al saqueo y la rapiña, consigue noticias sobre una isla misteriosa de localización imprecisa, en el ignoto occidente, que despierta su ambición por la riqueza, pero también el deseo de aventura. Un grupo de voluntarios pone en marcha una expedición con el propósito de descubrir qué hay de verdad en el relato. La isla esconde varios secretos y muchos desafíos, a los que tendrán que hacer frente y de los que no saldrán siempre bien librados.

La isla del gigante de bronce, J.F.P.R. Tales

Comiqueros y otros fanzines

En los años de los fanzines y revistillas alternativas, hablemos de finales de los ochenta, muchos eran los que se embarcaban en esta aventura. Entre todos ellos hubo gente con más o menos fortuna, acierto y desenvoltura, pero también sujetos singulares que parecían surgidos de otro planeta. Recuerdo el caso de aquel colega que apareció un día por el taller del comic de la casa de la juventud de Córdoba, que era un espacio que el Ayuntamiento habilitó a los comiqueros de la localidad y nos permitió a muchos hacer nuestros pinitos y considerarnos personajes de importancia. Ya no recuerdo su nombre, pero sí que nos lo presentó otro de los que eran habituales allí, que lo había conocido por un anuncio en la prensa local. Era un joven que trabajaba en el matadero, sencillo y con grandes ambiciones. Este fichaje tenía en mente un gran proyecto que podía venderse muy bien, según su criterio, porque decía que él había vendido muchas papeletas de lotería por los domicilios y sabía lo que interesaba a la gente. El caso es que para ponerlo en práctica buscaba dibujantes, pues solo contaba con una amiga, que era la que le acompañaba aquel día. En principio aquello no sonaba nada mal, el problema surgió cuando al plantearnos el modo de trabajo nos señaló que con papel de calca se podrían hacer muchas copias de cada página. Tal declaración nos dejó a cuadros, quizás debería decir viñetas. Llegamos a la conclusión de que aquel empresario no conocía el invento de la imprenta, sino el trabajo manual en serie. Su novedoso negocio consistía en reproducir tebeos de Wald Disney con el sistema que queda dicho. Intentamos abrirle los ojos, hablarle del milagro de la reprografía y de los derechos de autor, pero sin éxito. Por más que intentamos explicarle cómo era la industria del comic, él se negaba a bajarse del burro. Hasta el punto de que se terminó mosqueando con nosotros, y su amiga también, que tenía fe ciega en él, y se largaron. No volvimos a verlos. El caso es que con el paso de los años recurro a aquel recuerdo y, mirándolo con perspectiva, pienso que, en el fondo, también nosotros teníamos la cabeza llena de pájaros.


martes, 3 de junio de 2025

Las noches del Buen Retiro

Es don Pío autor de numerosas novelas sabrosas, singulares y folletinescas. En todas se descubre un fino sentido del humor. No entiendo la causa de que en el bachillerato se haga leer El árbol de la ciencia si no es con intención de convertir al autor en un amargado de la vida. Alguno de los del veintisiete, de los que ganaron la guerra, debía de tenerle tirria cuando lo impuso en los planes de estudio bajo la sombra de ese drama. Desde aquello la cosa no ha cambiado nada. Va siendo hora de reconsiderarlo. Creo que tiene títulos más interesantes para la gente joven. Las noches del Buen Retiro, por ejemplo, es uno muy entretenido. Hay una galería de personajes nada despreciable, que dan por separado para varias novelas más. Situaciones pintorescas, muy decimonónicas, que no desvían el interés sino que lo acrecientan. Romántica, con su tragedia a lo Larra. Es una novela que, en fin, rompe un poco con su imagen acartonada y lo convierte en un tipo que volaba alto, o que miraba lejos. Pero que tiene muchas más en esa línea. Por eso lo cuento y hasta aquí te traigo.


lunes, 2 de junio de 2025

Demo, demo, cracia

"Lo llaman democracia y no lo es" cantaban los podemitas hace más de una década. He de confesar que yo también lo tarareé con cierta malicia. Imagino que ahora se les acusaría de fascistas o algo por el estilo. Después de mucho jaleo, nuevos partidos y caras, el panorama no ha cambiado gran cosa desde entonces, para qué vamos a engañarnos. Saturno devora a sus hijos. Ya estamos muy vacunados de tanta corrupción. Existe cierto regodeo en lo de que roben los nuestros, sin tapujos, basta con negarlo. Es un notable ejercicio de resignación ver a los incondicionales defender los privilegios de los suyos, porque imaginan que va a tocarles algo en el reparto, supongo, aunque a veces creo que el problema es más profundo, un regusto en hundirse con el Titanic. Dicen que las bicicletas son para el verano. Imagino que algunos pretenderán pedalear hasta octubre, o hasta la extra de navidad. La cuestión es seguir en marcha, que esto no pare nunca.


domingo, 1 de junio de 2025

Junio huele a vacaciones

Ya pisamos junio que es un mes esperanzador, porque huele a vacaciones. Eso es lo que decía un amigo mío cuando empezaba el mes para cabreo de su jefe que, sin dudarlo, le buscaba más trabajo. Pero ni por esas. Aquel no se achantaba y lo repetía varias veces a lo largo de la mañana. Luego resultaba que junio era más largo de lo que aparentaba y se le olvidaba la broma, pero no a su jefe. Es verdad que junio tiene algo de apagón, intermitente, no llega a ser el de agosto, pero intención y calor no le faltan. La realidad es que queda mucho todavía para la desconexión total. El primer junio de mi vida lo pillé muy tarde, porque me esperé hasta el 26 para conocerlo. En el fondo soy más de julio, que es cuando empezaron a pasarme cosas, que no recuerdo del todo, pero sí algunos flashes. No sé por qué defecto de fábrica se grabaron en mi cabeza sucesos tan tempranos. Siempre he sospechado que está relacionado con su tamaño, el de la cabeza, me refiero. Dice el refrán que el sayo puede hacerte falta todavía, ojalá sea así. Ahora no conviene descuidarse, el aire acondicionado te demuestra lo fácil que es pillar un buen resfriado.