
La sospecha se hizo realidad. El carbono 14 data la creación de la escultura de la Loba Capitolina en torno a los siglos VIII al XIV de nuestra era y no en el V antes de Cristo como se creía.
Para muchos una sorpresa difícil de asimilar. Poetas, escritores, pintores, historiadores..., tantos y tantos que la imaginaron presidiendo las reuniones del senado romano, ahora tendrán, al menos los vivos, que ubicarla en otro escenario quizás no menos sugerente.
Y si en Italia han sido capaces de poner en su sitio a este icono de la nación, ¿por qué no hacerlo con la Dama de Elche en España?