En un paseo por Madrid, entre libros y bocinazos, me encontré con Valle Inclán y resulto ser John Lennon. La confusión vino por las gafas, que eran muy parecidas, pero como Lennon no tiene barba, me dio tiempo a no meter la pata y le dije "adiós, Mike", mientras apretaba el paso, para que no se ofendiese, que igual le molestaba ser confundido con un literato, con don Miguel de Unamuno, por ejemplo. Y por eso hice como que me equivocaba, adrede, y lo llamaba Mike por Kennedy, aunque no usa anteojos. Pero creo que él me confundió con otro también y no me saludó tampoco. Desde entonces no hemos vuelto a cruzarnos, pero, cuando paso por el sitio del encontronazo, silbo Nobody told me, y voy a otra cosa.
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