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viernes, 29 de junio de 2007

Tania es de Greenpeace.

Tania es de Greenpeace. No hay más que fijarse en el estampado de su tanga para percatarse de ello: el Arco Iris. Es una mujer muy sensibilizada con el tema del cambio climático y los animalejos en peligro de extinción. Esta foto se la hicieron después de hacerle el boca a boca a un pingüino que apareció en las playas de Motril desorientado por la temperatura de las mareas cual medusa juguetona. A pesar de su aspecto, no debéis equivocaros con ella, tiene fama de puritana. Yo os aviso por si os pasáis por Motril vestidos con frac. Si no tenéis plumas no traga.

jueves, 28 de junio de 2007

Happy Cat.

Ésta es una ilustración que tenía olvidada en una carpeta del disco duro.
Viene como anillo al dedo en estas fechas, ¿o no?


sábado, 23 de junio de 2007

Rodrigo y la pérdida de Hispania.

Andaba Rodrigo, oficialmente último rey godo, otro acuñó después moneda, andaba, digo, este monarca, jugando al pillar con los traviesos vascones en sus montes cuando se enteró a destiempo de que unos tipos con turbante se querían construir un chalete sin permiso muy cerquita de Algeciras. Oído el soplo, dejó presto a los euskaldunes, solos, con sus independencias y sus manías, pues no parecían tan peligrosos entonces, no se conocían ni las bombas ni los coches, y corrió como alma que lleva el diablo hasta el río Guadalete donde se encontró a la morisma de camping. Los enviaba don Julián, gobernador de Ceuta, para joder, que lo pusiesen todo perdido, pues estaba cabreado con Rodrigo porque se había folgado a su hija por la cara, o por donde se suele folgar que en este aspecto las fuentes son parcas en noticias. Confiaba el godo en sus escuadrones, bastardos de godos e hispanorromanas, para desalojar a estas gentes como antaño se hizo con vándalos, alanos y bizantinos, sin saberse engañado por obispos y nobles. Se la tenían jurada también estos por advenedizo y porque con el anterior rey, Witiza, vivían mejor, decían. Por eso se entendieron con los moros y, cuando empezó la batalla, lo dejaron más solo que a un árbitro en final de copa. Escapó Rodrigo como pudo y se escondió en el pozo de una ermita donde una culebra se lo comió empezando por el pito, por do pecado había, dice el romance. Quisieron repartirse entonces los godos el reino, pero los moros ya no querían repartir, les había gustado el paisaje y el clima, que se quedaban. Y como los hispanos ya andaban hartos de los germanos, se hicieron los suecos y los musulmanes, que a los seguidores del Profeta no les faltan mujeres, ni en esta vida ni en la que viene.

jueves, 21 de junio de 2007

Tartessos.


Otra entrega de Tartessos, Odisea en Iberia, el comic más clásico del linarense Paco Nájera, con los mejores augurios del oráculo de Delfos, pronto en todas las librerías.

MAUS que no Miki.



Que no digo yo que no esté bien el comic. Empiezas a leerlo y te gusta. Te enganchas a la historia y lo pasas bien. Vale. Hasta ahí estamos de acuerdo.
Otra cosa es el bombo y la importancia que le están dando. Parece que ya no se puede vivir si no lo has leído. Hasta en el diario Jaén, que poco o nada habla de historietas, salvo de viñetas si son 6, le ha dedicado una columna. Disparates como éste son los que hacen sonar la alarma.

Me gustaría creer que tiene méritos propios para estar ahí, en boca de todos. Pero no. Me temo que hay todo un aparato publicitario detrás. Dinero, vil metal.

12 Cuentos con Premio y un Ridiculum Vitae.

Dos grandes artistas han presentado recientemente dos estupendos libros. Por un lado, la editorial Nausicaá le ha publicado al inefable Juan Carlos un extraordinario manual de chistes gráficos al uso contra el hastío vital y otras plantas.



Y por otro, la Diputación, sin segundas, de Jaén ha recopilado en un tomo 12 relatos o cuentos, premiados todos ellos en diversos certámenes literarios y sex-shop, de nuestro celebrado, admirado, envidiado y odiado Jesús Tíscar Jandra.
Y los recomiendo y encomiendo porque son de amigos y me da la gana.

viernes, 15 de junio de 2007

El Planeta de los Monos.


Quisieron vendérnosla como El Planeta de los Simios porque sonaba como más seria, pero ya se encargó Ediciones Vértice en sus años mozos de llamarla como Dios manda.
El que pueda que haga memoria, si es que por aquel entonces ya jugaba a las canicas, y recuerde el día del estreno en la tele cuando ésta era en blanco y negro, y no más que canal y medio. A lo largo de la semana nos pusieron varios avances. Se nos grabó en la retina porque a Charlton Heston se le veía el culo cuando se tiraba de cabeza al río. Aquello fue como lo de las tetas de Sabrina años después. Eran los días de la transición y más de uno corría delante de los grises. Nosotros, tiernos infantes, influidos por el filme, nos dedicábamos a perseguirnos compitiendo a ver quien hacía mejor el mono. Con un palo a modo de metralleta, meneándonos de un lado a otro torpemente, muy encorvados, olfateábamos el aire muy exageradamente intentando identificar humanos.
Luego nos pusieron una serie que nos tragábamos por las tardes a golpe de pan con chocolate, merienda de la época, con dos protagonistas que eran clavados al Starsky y Hutch pero con mono. Y para remate, durante varios sábados, en Sesión de Tarde nos pusieron las segundas partes de la peli, que fueron varias y a peor.
Voy a confesar que yo era de los que mejor hacían el mono y que seguí con interés la saga. Un momento singular, lo recuerdo con especial detalle, es ese de la primera parte en que Charlton Heston explica a sus captores que ha llegado al planeta en una nave espacial y les fabrica un avión de papel, y lo lanza y los deja perplejos. Después viene un Orangutan mamoncete y con muy mala leche lo hace una bola. El Charlton, que en ese momento esta mudo y no tiene rifle, se mosquea cosa mala. Un episodio sin importancia. El caso es que desde ese momento se vieron más aviones de papel en las clases y también más palmetazos en las manos. También se siguieron viendo monos, cada vez más, monos de esos que se visten y se dicen inteligentes, y lo pisotean todo. Muchas veces la realidad supera a la ficción.

martes, 12 de junio de 2007

PIRATES.


Anda todo el mundo, o casi, loco perdido con la película de los piratas tercera parte del Johnny Depp, Orlando Bloom y Keira Knightley, producida por la Disney. No seré yo, amante de los cines de verano con programa doble, el encargado de denostar tal engendro, pues otros ya lo vienen haciendo con inquina desde el estreno a esta parte; son ganas de joder. Pero sí aprovecharé el espacio de este mi habitáculo para mencionar a mi pirata favorita, Janine Lindemulder, que hizo un papelón de miedo en aquella otra Pirates hace unos años. Lo que yo daría porque me raptase una bucanera como esta y no me devolviese tras cobrar el rescate, y me llevase de aventuras en busca de tesoros escondidos de esos que todo buen pirata tiene. Como Janine, uno de los que más riquezas guarda, sin duda.
Es una pena que en mi barrio no se detengan los barcos pirata. Debe de ser porque no hay puerto. O tal vez porque Janine tenga otras cosas más serias que hacer .

Saludo.

Zarei es en el Judo el saludo, (rei), que se hace de rodillas antes de iniciar la clase. Para ello, hay que permanecer en silencio, con el kimono y el cinturón bien puestos. A la señal del maestro, los discípulos ponen las manos boca abajo en el suelo y hacen una inclinación del cuerpo hacia adelante sin separarse de los talones. Después empieza el baile. Cuidadín con las ukemi.

jueves, 7 de junio de 2007

Tom Sawyer.


(...)


-Di, Huck: ¿qué es eso que tienes?
-Nada, una garrapata.
-¿Dónde la has cogido?
-Allá en el bosque.
-¿Qué quieres por ella?
-No sé. No quiero cambiarla.
-Bueno. Es una garrapatilla que no vale nada.
-¡Bah! Cualquiera puede echar por el suelo una garrapata que no es suya. A mí me gusta. Para mí, buena es.
-Hay todas las que se quieran. Podía tener yo mil si me diera la gana.
-¿Y por qué no las tienes? Pues porque no puedes. Ésta es una garrapata muy temprana. Es la primera que he visto este año.
-Oye, Huck: te doy mi diente por ella.
-Enséñalo.
Tom sacó un papelito y lo desdobló cuidadosamente. Huckleberry lo miró codicioso. La tentación era muy grande. Al fin dijo:
-¿Es de verdad?
Tom levantó el labio y le enseñó la mella.
-Bueno -dijo Huckleberry-, trato hecho.



Mark Twain, Las Aventuras de Tom Sawyer.

martes, 5 de junio de 2007

Pedro el Ermitaño.

Pedro era un hombre de edad, nacido en algún lugar cerca de Amiens. Había intentado, quizá, peregrinar a Jerusalén años atrás, pero, maltratado por los turcos, habría tenido que regresar. Sus contemporáneos le conocían por el "pequeño Pedro"- chtou o kiokio, en el dialecto picardo-; pero, más tarde, el hábito de eremita que solía llevar siempre le dio el sobrenombre de "el Ermitaño", con el que se le conoce en la Historia. Era hombre de poca estatura, de tez morena, de rostro alargado, magro, terriblemente parecido al burro que montaba siempre y que las gentes reverenciaban casi tanto como al mismo ermitaño. Iba descalzo, y sus hábitos eran mugrientos. No comía ni pan ni carne, sino pescado, y bebía vino. A pesar de su aspecto humilde, tenía el poder de arrastrar a la gente. Había un nimbo de extraña autoridad en torno a él. "Cualquier cosa que decía o hacía -nos refiere Guilberto de Nogent, que le conoció personalmente- parecía algo semidivino".

Steven Runciman, Historia de las Cruzadas. Versión española de Germán Bleiberg.


domingo, 3 de junio de 2007

SEXY Bulma.


Kenny Ruido, http://kennyruido.blogspot.com/, está juntando en su blog dibujicos de los protagonistas de Bola de Dragón, esa mítica serie. Allí aparecen todos los guerreros, superguerreros y peleones que se hicieron grandes amigos a base de puñetazos, patadas y explosiones diversas. Puestos a escoger de entre todos a alguien para inmortalizarlo con mis lápices, señalo a esta campeona, Bulma.
¿Quién no se acuerda de Bulma? Aquella chica ligera de cascos, hija de científico loco, buscadora de bolas y perdedora de bragas. Esta encantadora madre soltera que tantos sueños húmedos nos relagaló en la adolescencia, y a algunos en la madurez, ¡ejem! Bueno pues eso, que ahí esta mi humilde contribución al evento. Y la he pintado como me hubiese gustado verla en algún capítulo, haciendo top-less en las playas de la isla de Tortuga Duende, con quien tanto me identifico últimamente.
Ya sabéis que yo no dibujo manga, por lo menos en público. Espero que sepáis perdonar mis licencias artísticas.

viernes, 1 de junio de 2007

La Guerra Civil en la frontera.

" Yo creí que la guerra tendría algo bonito y a veces genial, pero empiezo a convencerme de que no tiene nada de eso. Resulta una cosa pesada, estúpida y completamente mediocre.
Creí que la guerra, sobre todo en pequeño, tendría su malicia y su habilidad, pero aquí al menos no se nota. Lo único que inmediatamente se ve es que se debe de gastar una cantidad de municiones enorme, y que los rojos no cuentan con las suficientes y carecen además de toda disciplina.
De habilidades y de malicias de guerras, absolutamente nada. Unos y otros escondidos, unos con más municiones, lo otros con menos, y éstos al último, después de resistir algo, huyen. Todo ello de una vulgaridad, de una mediocridad que asombra. Es como una pedrea de chicos.
Ni ciencia, ni arte, ni nada. Sería preferible que llegue a dominar en la guerra la bomba atómica o la bomba de hidrógeno, porque por lo menos entonces se tratará de algo más definitivo, más rápido y menos vulgar que ahora, en donde todo es aparato y mediocridad."
Pío Baroja, La Guerra Civil en la Frontera. Ed. Caro Raggio, 2005.

Santo, el Enmascarado de Plata.

Cuando yo era chico, y de eso hace ya mucho, os lo puedo asegurar, íbamos con frecuencia al cine de verano, en verano, claro. En aquel entonces lo de menos era la película, y lo que duraba la proyección se empleaba en comerse el bocata de tortilla de patatas, beberse la fanta, mascar muchas pipas y tirar a lo alto las cáscaras para verlas brillar, visitar el bar y saludar a algún primo, hacer comentarios más o menos graciosos en voz alta y correr de un lado a otro entre las incómodas sillas de metal levantando mucha tierra y polvo. La verdad es que aquello era una auténtica gozada.
Recuerdo que en cierta ocasión fuimos a ver una que se titulaba Santo en la Atlántida, o contra la Atlántida o algo así. Era una producción mejicana donde unos tipos enmascarados se liaban a manporros con todo el mundo y al final hundían definitivamente la Atlántida o hacían naufragar la película del todo. La verdad es que a aquellas pelis no se les prestaba mucho la atención salvo cuando empezaban los puñetazos y al final porque todo acababa con una gran catástrofe y te dejaban como asustado preguntándote: - ¿qué ha pasao?
El Santo este era un tipo más bien fondón, una especie de superhéroe a lo Marvel pero cincuentón y con los superpoderes justos: un brazo potente. A Santo lo acompañaba otro enmascarado en azul que unas veces iba de amigo y otras de enemigo, según se levantase ese día. Parece ser que eran famosos por la lucha libre allá en Méjico y tal era la pasión que despertaban que algún director con pocos escrúpulos cometió el delito de llevar sus andanzas al cine, para deleite de las masas indoctas que abarrotábamos aquellos locales iluminados por las estrellas.
A estas alturas no es que quisiese volver a ver la película, pero sí que me gustaría revivir el momento de esas noches de eterna infancia.