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sábado, 30 de diciembre de 2017

La Japonesa Calva


Jesús Tiscar Jandra divierte y provoca una vez más con La Japonesa Calva, que se llevó el último premio de novela negra de Getafe, Madrid.
Una galería de inolvidables personajes, sórdidos decorados y crímenes de aficionados pueblan sus páginas.
Imprescindible.




miércoles, 6 de diciembre de 2017

Arístides



Se reunieron en asamblea los habitantes de Atenas para ejercer su derecho al ostracismo, expulsar a un ciudadano por las razones que cualquiera pudiera tener, poco importaba eso, así de grande era la democracia entonces.
Se le acercó a Aristides, llamado el justo, un rústico pidiéndole ayuda.
- Conciudadano, no sé escribir, ¿podrías poner un nombre en mi ostracón?
El magistrado no se opuso.
- Dime.
- Aristides.
El aludido quedó anonadado.
- ¿Qué mal te ha hecho este hombre para que desees su exilio?
- Ninguno, pero estoy harto de escuchar a todo el mundo hablar de él.
Le hizo gracia la coincidencia al escriba, mas respetó el deseo del analfabeto.
El campesino votó, se hizo el recuento y Aristides fue expulsado de Atenas.




domingo, 28 de mayo de 2017

Dédalo



A Dédalo lo pusieron a construir un laberinto donde encerrar al minotauro, que era el hijo bastardo del rey Minos, porque su mujer, Pasífae, hizo el amor con un toro, gracias a un disfraz de vaca que le hizo Dédalo.
El caso es que a Dédalo y a su hijo Ícaro los encerraron también allí cuando terminaron las obras. Y se escaparon volando antes de que viniese Teseo, príncipe de Atenas, con intención de matar al minotauro.



domingo, 23 de abril de 2017

El gemelo del César



Cuenta Macrobio en sus Saturnales que en cierta ocasión, reinando el divino Augusto, apareció por Roma un hombre de provincias que guardaba un gran parecido con el césar, hasta el punto que la gente por la calle lo confundía con aquél.
Enterado Augusto, lo mandó llamar y cuando lo tuvo delante, admirado del parecido, le preguntó:
- Dime, joven, ¿estuvo alguna vez tu madre en Roma?
Y el gemelo respondió:
- No, César, pero mi padre muchas veces.

También lo contó Valerio Máximo con anterioridad y siglos más tarde Juan de Salisbury.

viernes, 7 de abril de 2017

La mosca de Marcelo.



Estaba la ciudad de Nápoles invadida por un ejército de moscas y el poeta Virgilio se acordó de un sobrino de Augusto que adiestraba halcones para la caza.
- Si tú enseñas a aves a cazar aves, ¿por qué no enseñas a una mosca a cazar moscas? -, le dijo.
El otro, que se llamaba Marcelo, después de meditarlo mucho, fue a pedirle permiso a su tío.
Al emperador le pareció acertada la propuesta y dio su beneplácito, y Marcelo, ni corto ni perezoso, adiestró a una mosca en la caza de sus semejantes y ella sola libró a Nápoles de la plaga.
Lo cuenta Juan de Salisbury en su Policraticus, y se queda tan ancho.


martes, 21 de marzo de 2017

A La Muerte de Alejandro, nota de prensa.




A la muerte de Alejandro es una novela histórica de J.F.P.R. Tales, ambientada en la ciudad de Babilonia durante los días previos y posterior al de la muerte del conquistador de Persia. Combinando la realidad y la fantasía, el autor desarrolla una trama en la que se abordan varios enigmas sobre la defunción y destino del cadáver del mítico monarca. Incluso aporta una posible ubicación de los restos del macedonio que rompe con las tradicionales.


"La muerte de Alejandro Magno es inminente. Los que eran sus camaradas se convierten en rivales. Dice la tradición que quien entierre al rey legitima su derecho al trono. Todos quieren hacerse con su cadáver pero Alejandro ya ha decidido su destino. Una reconstrucción fiel de un momento histórico fascinante donde se dan cita las pasiones y los crímenes más abyectos. Pero también el amor y el humor, la realidad y la fantasía. Viajarás al pasado y convivirás con sus protagonistas, conocerás sus anhelos y vicios, sus rencillas y virtudes. Recorrerás la mítica Babilonia y asistirás en primera fila a todos los entresijos que envuelven un misterio, o varios.Una visita que difícilmente te dejará indiferente y que ya está al alcance de tu mano."


La novela se publicó en diciembre de 2016 en la editorial megustaescribir.

sábado, 21 de enero de 2017

A la muerte de Alejandro, capítulo eliminado.

Un capítulo del libro de J.F.P.R. Tales que no formó parte de la edición final.

A LA MUERTE DE ALEJANDRO.


Las altas puertas de madera cubierta de frío bronce se abrieron ligeras empujadas por un escondido resorte, como si el viento las empujase.

El ruidoso tumulto de los guerreros se hizo aún mayor pues retumbó en la sala. Pero el jolgorio se apaciguó cuando pusieron la vista en el interior.

Dentro, dos hombres armados se mostraban desafiantes, el uno con la espada apuntando al frente y el otro sosteniéndola sobre su cabeza.

Los macedonios recuperaron inmediatamente, por instinto, la lucidez y arrojaron al suelo las doradas copas llenas de vino que momentos antes bebían con despreocupación, y llevaron sus manos al cinto para empuñar sus afilados puñales.
El silencio se adueñó de la sala Y ni unos ni otros se movían. Solo se observaban en silencio, como si midiesen sus fuerzas.

Fue Alejandro el que dio el primer paso sin titubeo. Tolomeo quiso sujetarlo por el hombro pero no consiguió más que quedarse con el manto púrpura que lo cubría en la mano.

Como la punta de flecha avanza primero, así lo hizo el jefe seguido por su pelotón de camaradas.

Caminaron cautelosos hasta no estar a más de diez pasos del enemigo.

-Sólo son estatuas, - gritó el rey.

Confundidos, los guerreros se relajaron, respiraron aliviados y alguno miró con fastidio el lugar donde las copas habían derramado el vino.

Tolomeo confirmó la opinión de su líder, - sí, pero obra de un artista griego, por la hechura.

A continuación, ya más tranquilos, recorrieron con la vista el espacio que tenían delante y descubrieron que toda la sala estaba repleta de estatuas.

Un hombre surgió de las sombras y fue a arrodillarse delante del divino. Tras apoyar su frente el en suelo, se alzó y habló al monarca sin mirarle a los ojos, tapándose la boca con una mano.

-Mi señor, en esta sala los reyes guardaban los mejores tesoros artísticos que de los pueblos sometidos habían sustraído tras múltiples batallas, como recuerdo de sus victorias. Estáis en el museo real de Susa.

Un murmullo de asombro levantó el vuelo.

-¿Y estos dos guerreros a quién representan? ¿Cuál es su procedencia? - Consultó Alejandro, admirado por su realismo.

-Son los tiranicidas, señor, los dos jóvenes que en Atenas acabaron con la dictadura de los hijos de Pisístrato, Hipias e Hiparco.

-¡Harmodio y Aristogitón! Son ellos.

La voz de Calístenes, el cronista oficial, tronó en la sala y todos giraron la cabeza para verlo entrar por la puerta acompañado de Anaxarco.

- Estas estatuas estaban en Atenas, Y Jerjes las robó tras destruir la acrópolis, como tantas otras que aquí reposan.

Alejandro escuchó atento al sabio. Y reaccionó veloz como acostumbraba a hacer.

- Justo es que regresen a la patria que las vio nacer. Haced que las devuelvan de inmediato.

Esta vez fue Anaxarco, el escéptico, el que se atrevió hablar.

- Señor, esos guerreros son símbolo de la democracia en Atenas. Su devolución sería un regalo para Demóstenes y sus partidarios.

El rey pareció meditar un instante, mas respondió.

-Alejandro no teme al bronce, - dijo refiriéndose a las imágenes. - Y tampoco a las palabras de un hombre. Atenas merece a sus héroes y Alejandro será el héroe que los rescató del tirano persa.

Así habló el joven y los viejos callaron.




domingo, 15 de enero de 2017

A la muerte de Alejandro




A la muerte de Alejandro es una novela histórica de J.F.P.R. Tales, ambientada en la ciudad de Babilonia durante los días previos y posterior al de la muerte del conquistador de Persia.
Combinando la realidad y la fantasía, el autor desarrolla una trama en la que se abordan varios enigmas sobre la muerte y destino del cadáver del mítico monarca. Incluso aporta una posible ubicación de los restos del macedonio.
Gran parte de la novela se inspira en las fuentes clásicas del periodo romano: Diodoro Sículo, Trogo Pompeyo, Quinto Curcio Rufo, Arriano, Plutarco, seudo Calíxtenes; e incluso en otras más tardías y medievales como el Libro de Alexandre.
El autor combina episodios conocidos y los entremezcla con otros surgidos de su imaginación. Aprovecha las contradicciones de las fuentes originales y completa lagunas.
Varias situaciones que acontecieron separadas por el tiempo y el espacio, coinciden en los tres días en los que se desarrolla la trama.
Son muchas las referencias literarias y a la cultura popular las que se identifican con facilidad.
Destaca el papel de las mujeres que rodearon a Alejandro en Persia, como su mujer Roxana o las que pertenecían a la familia de Darío, último rey persa: Sisigambis, Estatira, Barsine y Dripetis.
No es menos llamativa la aparición de un embajador romano y la de una familia de comerciantes judíos.
Una presencia significativa es la de Pérdicas, uno de los lugartenientes de Alejandro, que, junto a Tlomeo y Seleuco, sustenta el devenir de la historia.
Sin embargo, los principales protagonistas del relato son imaginarios. Según palabras del autor, se inspiran en otros creados por el guionista de cómics Victor Mora. Aunque bien es cierto que tienen reminiscencias homéricas, al menos dos de ellos.

Enlace A la muerte de Alejandro.