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domingo, 28 de junio de 2015

Red



La llamaban Red pero en casa Orange. Era una chica que a muy temprana edad quería ser guerrera. Por eso nadie se sorprendió cuando con 18 primaveras le dio dos cuchilladas al capitán del ejército de los gigantes. Pero sí y mucho de que los gigantes también podían morder el polvo y perder las tripas. Y entonces muchas cosas cambiaron en la aldea. Desde entonces los gigantes mantienen las distancias.


lunes, 22 de junio de 2015

Sir Walter Raleigh



Walter, Sir merced a la reina Isabel de Inglaterra, conquistó Virginia pero siempre soñó con llegar al Dorado antes que españoles y portugueses. Y por eso desembarcó en Venezuela, ya entonces de moda cuando el petróleo no lo estaba.
El Dorado hacía perder la cabeza y a la suya pusieron precio los españoles. Y es que a Walter ya lo conocían estos pues mandó a pique a parte de la Invencible y además robó como cualquier otro en el saqueo de Cádiz.
Pero no fueron estos quienes se la cortaron, que ganas no les faltó, sino que después de un retiro en la Torre de Londres por unos dimes y diretes, sus paisanos decidieron ponerla en una cesta.
También se cuenta que trajo el tabaco de América, naturalmente de contrabando, antes de inventarse Gibraltar.

domingo, 14 de junio de 2015

La puerta equivocada o no.



En esa casa parecía no vivir nadie desde hacia años. Sin embargo, salía un reguero de sangre por debajo de la puerta. En el suelo había una llave y probablemente la abriría. Ese día podía ser uno de tantos, por esa calle había pasado cientos de veces. Pero aquella circunstancia lo trastocaba todo. Era uno de esos momentos en los que la vida parecía ofrecer una oportunidad a lo desconocido. No era cuestión de pararse a pensar demasiado. O lo tomas o lo dejas, se dijo.


jueves, 11 de junio de 2015

El día del oso mantecoso



Era el día del oso mantecoso, que así le conocían en el pueblo y alrededores. Nadie sabía a ciencia cierta el por qué de tal celebración pero lo cierto es que no había día a lo largo del año que alguien no hiciese planes al respecto. Por así decirlo, era cita obligada para todos los del lugar, incluso para los vecinos  y vecinos de los vecinos que parecían contagiarse con la fiesta, que en eso terminó convirtiéndose.
Comentaban las comadres que la costumbre tuvo origen el día que un oso asomó por la granja de Smith el herrero. Pero otros, como el reverendo Jack Palmer, afirmaban que fue en la iglesia,  durante el culto. El caso es que el oso vino atraído por la manteca que por alguna razón estaba presente, ya sea en la cocina u otro lugar de la granja  o quizás en el altar de la iglesia. Y fue entonces cuando la madre de Smith o la soprano del coro, armada de una escoba una y de un cirio pascual la otra, expulsaron al oso a base de golpes.
Desde entonces, ya digo, la gente se congregaba en la plaza del pueblo y armados de cepillos, velas, palos o gruesas barras de metal se adentraban bosque a dentro en busca del oso ladrón y pendenciero.
Hacía muchos años que osos no se veían en kilómetros a la redonda pero los paisanos no cejaban en su empeño y batían el bosque sin contemplaciones. Y rara era la noche de ese día en la que no volvían cubiertos de polvo, hojas y sangre, incluso cargados con algún trofeo de huesos o carne informe.

martes, 9 de junio de 2015

Nocturno



En en pico más alto de la montaña más oscura había una casa. Por supuesto que jamás nadie hizo noche en ella. Incluso los montañeros mas intrépidos preferían acampar al raso. El caso es que durante lo que duraba la noche siempre se advertía una nítida luz en una de sus ventanas. Algunos decían haber visto a un tipo muy delgado merodear por los alrededores y otros que una máscara flotaba en la oscuridad.
Andando el tiempo levantaron un puente sobre el desfiladero y la casa desapareció bajo el ruido del tráfico. De los dos sujetos no volvió a saberse. 


domingo, 7 de junio de 2015

Invasión



Siempre tan preocupados por la posible invasión extraterrestre que finalmente los humanos decidieron convertirse en invasores.


Los tres lobitos y el cerdo voraz






Eran tres hermanos lobo que vivían en una pequeña aldea. Los tres trabajaban en el campo y eran muy felices. Sus tierras daban buenos frutos. El cielo era azul y las aguas del río cristalinas.
Un día vino un cerdo muy gordo vestido con una chaqueta muy elegante, un sombrero de copa y fumando un gran puro. Pronto descubrieron que aquel tipo iba a ser su vecino. El cerdo levantó una fea fábrica con una chimenea muy muy alta por donde salía un humo muy muy oscuro. El cielo se volvió morado y el agua del río negra.
Los tres hermanos lobos comprobaron que sus cultivos ya no tenían la apariencia de antaño. Las plantas estaban marchitas, apenas daban frutos. Entonces decidieron ponerle un gran tapón a la chimenea de la fábrica. Así, aprovechando la oscuridad de la noche, mientras el gran cerdo dormía, subieron a la torre y taparon su boca sin que se enterase.
Al día siguiente, temprano, el ruido de las maquinas empezó a sonar, y el humo a subir por la chimenea. Pero como estaba tapada, terminó por explotar llevándose todo por delante.
Después de la explosión, comenzaron a llover salchichas. Caían cientos de ellas sobre el campo. Y los tres hermanos corrieron por cestas para recogerlas. Desde aquel día, los lobos dejaron de ser vegetarianos.
Con el tiempo, la maleza se fue apoderando de las ruinas de la fábrica. El cielo recuperó su color azul y el agua perdió el negro.