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miércoles, 28 de octubre de 2020

Orsipo, el atleta.




Orsipo fue el primero que corrió desnudo en Olimpia y venció en la prueba. Hasta entonces se usaba el taparrabos en las competiciones, pero él lo dejó caer adrede sabiendo que uno se mueve mejor sin nada puesto. Desde entonces todos los participantes lo hicieron en cueros. Lo cuenta Pausanias y yo a ti, si has leído hasta aquí.

sábado, 24 de octubre de 2020

Fabián de Castro.


 

Fabián de Castro era un gitano de Jaén, (de Granada dicen los de ahí), que se fue a París con un cuadro flamenco y cambió la guitarra por los pinceles.

Hizo amistad con Picasso y se hizo famoso como pintor, de los más cotizados antes, durante y después de la Guerra Mundial, la segunda. De él nos hablaron Corpus Bargas, César Ruano, Victorio Macho, Zuloaga y otros. Le gustaban el Greco y Zurbarán, pero pintaba a su manera. Pocos se acuerdan ahora de él.

En cierta ocasión quiso exponer en España, concretamente en Barcelona, pero el gobernador de la ciudad, Martínez Anido, se opuso porque en un cuadro unos guardias civiles ataban a Cristo a una columna.

- ¡Esto es una vergüenza! ¡Menuda falta de respeto a la autoridad!

Fabián no perdió la calma.

- Este oficio de pintar es muy difícil, señor gobernador. Ya no recuerdo si estos civiles atan o desatan al Cristo. 

Al otro le hizo gracia la respuesta y permitió la muestra.





domingo, 18 de octubre de 2020

Hortensia, hija de Quinto Hortensio.




De Hortensia, hija de Quinto Hortensio, el orador, cuentan las fuentes que se presentó ante los triunviros Marco Antonio, Octavio Augusto y Lépido con el propósito de solicitar la anulación del impuesto de guerra a las matronas de Roma. Llegó a la Curia encabezando al grupo de las mujeres más distinguidas de la ciudad y pronunció ante los gobernantes un elocuente discurso. Los triunviros, irritados por su osadía, ordenaron que las echasen, pero el pueblo se puso de su parte y evitó que las maltratasen. Y aunque no lograron su propósito del todo, sí que el número de las sujetas al pago del impuesto se redujese de 1400 a 400.



sábado, 17 de octubre de 2020

Una medalla para Unamuno

 


Contaba don Pío, el Baroja, que a don Miguel de Unamuno lo condecoraron con la Cruz de Alfonso XII y, sin pensarlo dos veces, corrió a palacio y pidió audiencia al rey.
- Vengo a expresar a su majestad que he recibido la Cruz de Alfonso XII porque me la merezco.
El monarca quedó confuso.
- Ah, vaya... Todos aquellos a quienes se la he concedido en alguna ocasión me aseguraron que no la merecían.
- Y tenían razón - contestó el vasco.

lunes, 12 de octubre de 2020

Endemoniados de Jaca

 



Los endemoniados de Jaca es no sólo una entretenida novela sino un verdadero trabajo antropológico sobre la religiosidad popular. Carmen de Burgos, Colombine, la primera periodista que pudo llamarse como tal en este país, hizo un relato estremecedor sobre las creencias ancestrales que en la España de los años 20 aún perduraban en Jaca o en cualquier otro lugar de esta piel de toro. La historia gira en torno a un joven murciano y su familia que van a establecerse en la ciudad aragonesa. Poco a poco van conociendo las singulares costumbres que animan el día a día de sus habitantes y no quedan indiferentes ante la creencia sin fisuras de estos en las posesiones demoniacas. La autora, con buen ejercicio periodístico, se limita describir el ambiente y cuanto sucede en las celebraciones religiosas del lugar, y ofrece una descripción bastante objetiva de estas, dando al lector la oportunidad de opinar al respecto. Pese a tener la autora fama de feminista, no se aprecia en el libro una especial exhibición de tal credo, pues no recurre a las consabidas letanías con las que las escritoras de género nos obsequian y se limita a exponer el poderoso influjo de la religión sobre las mujeres, variado según a la clase social que perteneciesen. Sí es interesante el pensamiento liberal que expone en boca de alguno de los protagonistas, un sacerdote, que convierte a ratos en un volteriano. Una novela interesante que merece el mismo trato que San Manuel Bueno Mártir, de Unamuno, por ofrecer otra visión, de la época, de cuanto concierne a lo religioso y, por supuesto, otras respuestas