Ahora que Trump habla de huevos, porque lo nos tiene, me viene a la memoria el dato del famoso de Colón, con el que éste quiso demostrar la esfericidad de la Tierra a los Católicos, la Isabel y el Nando. Igual que ha hecho suyo el Golfo de México, el yankee es capaz de reclamar el del almirante por la escasez de eggs en su country, con eso de America First que repite tanto. Yo creo que lo que había que hacer era enviarle la receta aquella de posguerra, la que inventaron las monjas durante la persecución roja, la de la tortilla sin huevo; o que eche mano, si puede, de la química de los nazis, y en vez de caucho fabrique yema.
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