Fue en el rodaje de Sujeto Darwin, el corto zombi cordobés con guion del Amaro, cuando dejamos sin comer a Coronado, el actor de Puente viejo, la serie de Antena 3, esa de la hora de la siesta que tuvo miles de capítulos. Supongo que se le pagó religiosamente por su participación en el filme y que incluido estaba el plato de arroz de un perol que se preparó al efecto, para satisfacer el hambre de técnicos y extras. Pancorbo y yo llegamos tarde, y no nos disfrazamos. Allí andaban, entre otros, el Cáceres, muy metido en su papel de muerto viviente, y el doctor Muñoz con los ojos muy abiertos. El caso es que llegó la hora del condumio y se repartieron platos y cucharadas de paella, y los que ya dije que llegamos a destiempo no quisimos quedarnos con hambre. Sin decir esta boca es mía, nos dedicamos a engullir el contenido de unos platos que parecían haber sobrado, deliciosos, por la hora más que otra cosa. Asomó entonces el Coronado, que había estado atendiendo una llamada, exigiendo el suyo, pero ya no quedaba, por lo que montó un escándalo de cojones. Ya lo apaciguaron con la promesa de hacer otro perol, pero ese día no comió hasta las cinco la tarde, por lo menos. Nosotros callamos y huimos por café, ahora lo contamos y nos reímos.
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