Seguidores

martes, 29 de julio de 2025

El libro parasitario o mudable

De un libro que vuelves a leer al cabo de unos, pongamos 40 años, de esos que no son los de cabecera, no recuerdas nada sino una o dos anécdotas, que no encuentras por ninguna parte por más que repasas cada párrafo. Los personajes son otros, con diferentes nombres, y hay nuevas situaciones. No comprendes nada, pero recuerdas que te gustó cuando lo leíste por primera vez, ahora no tanto o más, se dan los dos casos. Es la sensación, a la que te lees dos páginas, de que partes de cero. Sospechas que te equivocas de libro, pero redundas en su lectura por si lo rescatas del olvido. Es un desengaño agridulce terminar con la sensación de que el primero fue más bien soñado u otro. Soy de la opinión de que en ocasiones se cuelan en los estantes libros espurios, que tienen la habilidad de mutar o adaptase. No dejan de ser un tipo singular de parásito que anida en las bibliotecas, que muda de piel como hacen algunos reptiles, o cambian de pelaje como algunas aves o de exoesqueleto, si son insectos. Es una especie habilidosa que engaña al lector, o lo despista. Este último que he terminado ha de ser de esos. Desde este momento voy a vigilarlo meticulosamente, y a abrir periódicamente sus páginas sin avisar. Creo que así se moderará en sus transformaciones, pero también pienso que entonces perderé la oportunidad de que me cuente otras historias. Tal vez deba dejarle hacer, no deja de ser un chollo.


No hay comentarios: