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sábado, 2 de marzo de 2024

Liberación rima con balón

Yo tenía la esperanza de que llegase el día en que pudiese ver los estadios de futbol convertidos en eriales y en estos creciesen las hierbas, y las ovejas paciesen plácidas y los niños correteasen como locos, como se ve en las estampas dieciochescas del Coliseo romano por donde además pasean unos nobles muy emperifollados y se encabritan los caballos. Pero no tendré esa dicha. El futbol goza de buena salud y extiende su poderoso influjo a todos los ámbitos. Por eso, el feminismo que triunfa, que debe hacerlo, es el que corre detrás de un balón, para que no lo controlen los hombres, que no lo pasan, y las mujeres puedan meter también goles. Mientras el partido acaba, que promete prórrogas, volveré a mis estampas. Tengo otra del Louvre convertido en ruinas, obra de Hubert Robert. Creo que esta última es más acertada, según Putin.


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