Seguidores

martes, 23 de diciembre de 2025

Montar el Belén es tradición

Es raro que a estas alturas no se haya producido un pollo por un Belén, o un Belén propiamente dicho, que es cuando salta la noticia de algún espontáneo y popular acto contra las tradiciones de origen cristiano. Han dado las vacaciones y, que yo sepa, en ningún cole han retirado un nacimiento o prohibido los villancicos, por las justificadas quejas de unos progenitores descreídos, cosas que daban mucha vidilla a los finales de trimestre. Igual es que ya no es noticia, o que los padres tienen otra cosa en lo que pensar, hipoteca o trabajo, y hay gestos que, por repetirse, pierden fuerza, como el champán una vez servido. Bien es cierto que gracias a todo aquello los belenes no sólo no han desaparecido sino que han ganado en originalidad, porque ahora, por ejemplo, puedes poner de San José al Capitán América, en vez de la mula a un cocodrilo y de virgen a la Barbie. Me consta que alguno en vez de reyes pone a unos clics vestidos de revolucionarios franceses, con guillotina, o, en lugar de la estrella, un platillo volante. Hay gente para todo, incluso los dioses se permiten el lujo de hacerse notar en estas fechas, aunque sean de plástico y mentirijillas, den patadas al balón o estampitas con números.


No hay comentarios: