Siendo niño mi madre se quejaba de no tener más que dos manos y tal circunstancia hizo que en muchas ocasiones yo meditase al respecto, hasta tal punto que me la imaginaba con muchos brazos, como una araña o un pulpo para poder hacer muchas cosas a la vez. En una peli, una de Simbad el marino, creo que era, salía un combate entre el marino y la diosa Khali, de muchos brazos, y adquirí conciencia de lo peligrosa que sería mi madre armada de muchas zapatillas o espumaderas. Luego tuve la oportunidad de leer un tebeo de Spiderman en el que el arácnido sufría una extraña mutación, o un agravamiento de su mal, y le brotaban varias articulaciones y no sabía donde meterlas, y le daba una depresión muy grande, que era lo más característico de aquellas aventuras: los traumas de Peter Parker. Por todo ello deduje que era más conveniente tener sólo dos manos, y así menos posibilidades de meterlas donde no debía.
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