Esto del proyecto de resignificación del Valle de los Caídos es una de esas que no sabes por dónde cogerla. No deja de ser una remodelación, me atrevería a decir rehabilitación, de un viejo edificio que amenazaba ruina, (como le correspondía). Pero no. Hay mucha pasta en juego, mucho negocio, llámalo pelotazo. A mi se suena a esa de los políticos que hacen una obra sobre otra antigua y después ponen su placa, como si aquello fuese suyo desde el principio, véase hospitales, parques o centros de secundaria. No deja de ser curioso que el símbolo de la Dictadura vaya a convertirse en el de la Democracia, o en el del Socialismo, con apellido, Progresista. Por lo menos habrá empleo, dirá algún cínico, para la clase trabajadora de Madrid y aledaños, luego inmigrantes. Y después mucho turista, mucho, para ver cómo ha quedado todo, con merenderos para comerse el bocata de tortilla, y montaña rusa para los peques, después de visitar el museo de los horrores entre figurantes y arlequines. Todo lo convierten en parque temático, son los tiempos que corren. Lo veremos por Tictok.
No hay comentarios:
Publicar un comentario