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miércoles, 13 de agosto de 2025

Soñando con Raphael

Anoche me encontré cara a cara con Raphael, en un sueño. Iba yo caminando por Úbeda, por una calles muy raras que parecían galerías comerciales y estaban llenas de gente de mucho postín, que vestían muy arreglados. Yo de pantalón corto solo podía presumir de unos calcetines muy elegantes y me los subí hasta las rodillas para enseñarlos mucho. En esto que me para una señora y me muestra una figura de un metro de altura, de forma aguitarrada, negra y roja, y me dice que es una tarjeta de invitación para una fiesta importante y yo le contesto por educación que es muy buena idea, aunque pienso otra cosa. Entonces levanto la vista y tengo delante a Raphael, que lo conduce del brazo un tipo con bigote muy sonriente. - Hombre, Raphael - digo muy efusivo, por la cosa de la sorpresa, y el también se sorprende, y nos damos la mano, que no me suelta. La suya es como un tablero de madera. Pero como no nos conocemos de nada solo nos miramos sonrientes y no hablamos, menos mal que el acompañante, rompe el hielo y pregunta lo que se pregunta en estas situaciones, por el tiempo y las vacaciones. Total, que Raphael hace un gesto muy raro y se aleja, y me deja con el del bigote que tampoco me suelta la mano y del que no sé como librarme. El caso es que también se termina marchado. Me aparto a una pastelería y allí esta mi mujer atendiendo, sin que yo supiese de tal actividad. Viene una joven que está hablando por teléfono y anuncia inundaciones en Córdoba, y voy y me despierto. En fin, qué ahí queda eso y que cada cual lo interprete como quiera.


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