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miércoles, 13 de agosto de 2025

Caligrama a la inversa

Yo no sé si os pasa también, pero yo veo dibujos en las páginas de los libros, así, retirando la hoja de los ojos y fijándome en los espacios que separan unas palabras de otras, y uniéndolos con los de las líneas de abajo y del siguiente párrafo. Y se ven cosas muy curiosas, rostros pintorescos y alimañas del averno, paisajes extraños y laberintos sin salida. En ocasiones me resulta más entretenido pasar el rato uniendo estos espacios, como si fuesen puntos, que leyendo el libro, que también es otra manera de perder el tiempo, pero sin que te guíen. Un día tengo que hacer una exposición de estos retratos o escenarios caprichosos, obra inconsciente del maquetista, que yo rescato de la indiferencia. También me entretengo en averiguar esos grutescos del azar en las baldosas del cuarto de baño, en las paredes de gotelé o las pizarras cubiertas de tiza. Resulta todo muy diabólico, pero es mejor no prestarle mucha atención o buscarle el lado cómico.


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