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miércoles, 12 de marzo de 2008

La Rafi.


La Rafi era de las más chulas del barrio. Siempre se venía con nosotros. Cuando nos tirábamos piedras con los de la plazoleta, ella nos ayudaba. La tía tenía mucha puntería y más de una vez descalabró a alguno de aquellos niñatos. También trepaba a los árboles y jugaba al balón. Nunca se dejó el pelo largo y sólo una vez la vimos con falda, pero de pasada. Un día se pegó con el Jose y le vimos las tetas. Se fue a su casa llorando. Desde entonces dejó de seguirnos. Creo que después de aquello nos hicimos grandes y dejamos de jugar en la calle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que pena hacerse grande, y dejar de jugar en la calle...
y de poder hacer lo que te diera la gana...