Viajar a otra dimensión estuvo de moda hace unas décadas. Quizás lo esté ahora también. ¿A dónde se iba uno exactamente? Parece ser que a ninguna parte en concreto sino a sitios bastante parecidos a lo que ya conocemos. Lo único novedoso es que en aquella otra dimensión había más monstruos atrapados en el espacio tiempo y alguna que otra señora de formas voluminosas de esas que no agradan a las feministas y que había que traerse de vuelta si uno quería mojar. En fin una, cosa muy triste.
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