"Otros, mucho más humanamente y con mayor apariencia de verdad, creen que el sol es nuestro dios. Y, si así lo fuera, se nos asimila a los persas, aunque no adoremos al sol pintado en una tela, ya que lo tenemos en todo lugar en su propio escudo. La sospecha viene del conocido hecho, de que nosotros rezamos vueltos a oriente. Pero también muchos de vosotros, cuando alguna vez hacéis ostentación de adorar a los astros, movéis los labios vueltos hacia el oriente. De igual modo, si nos damos a la alegría el día del sol, por una razón que nada tiene que ver con la religión del sol, estamos siguiendo a aquellos que dedican el día de Saturno al ocio y a los convites, desviándose también ellos de las costumbres judaicas que desconocen."
Tertuliano, Apologético.
Traducción de Cármen Castillo.
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