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domingo, 6 de mayo de 2007

1994, SALÓN Del COMIC De BARCELONA.

Ha llovido bastante desde entonces.
1994, XII Salón del Cómic de Barcelona. José Antonio Ortega Anguiano presentaba su Catálogo General del Cómic Español. Joan Navarro hacía de cicerone. Un grupúsculo de cordobeses pisábamos el Salón, algunos por primera vez, antes de parir el Killer Toons, (aún faltaba un año para eso). Francisco Ibáñez se llevaba un premio, Miguelanxo Prado otro. Mauro Entrialgo era la revelación y Mondo Lirondo el fanzín ganador.




Vista de la Estación de Francia. Antes se celebraba ahí, entre trenes. En la foto el amigo Moi cuando todavía dibujaba comics. Observad el grosor de la carpeta. Cómo pesaban las jodidas.





Visita de rigor a la Sagrada Familia. J. Ortega a la derecha, Miguel Ángel Cáceres y El Juan Pérez, a la izquierda, contemplan la gran creación del Modernismo, en obras. Luego nos subimos a las torres como chiquillos que éramos.



Un rato de descanso antes de seguir turisteando. No todo iba a ser comprar comics y dar la paliza a editores. El Moi intentó sacar las bragas de la chica de atrás pero no hubo manera.





Palau de la Generalitat. El Cáceres y el Pérez, carpetón en mano, haciendo el paripé. ¿Quién podría imaginarse entonces que un cordobés se convertiría en President?




El Moi que no podía con su cuerpo o los zapatos. ¿Qué pasa tío?, parece decirle el Migue.


Y visita a la catedral. En el claustro, después de no haber conseguido ver el cuadro de Bartolomé Bermejo, pintor cordobés del s. XV, La Piedad. Fijarse que el más moderno era el Migue, pintilla punki-siniestro.



De nuevo en el Salón y foto con mister fantástico, o algo así. No sé cual de los dos estaba más cansado. Guapa la chaqueta que me puse, ¿eh?



END.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuántos caminos distintos hemos recorrido todos desde entonces, Juanfra. Tal vez el más inequívoco es que aún seguimos siendo amigos, porque ya lo éramos en aquel lejano 1994.

José Antonio

Rafa Infantes dijo...

Yo a ese no me apunté ese año pero después enganché cinco salones más (1995-1999) con el Killer Toons cargado a cuestas, por aquél entonces se convirtió casi en un ritual ¿lo recordáis?. Oh tempora, oh mores...

El Juan Pérez dijo...

Tranquilo, que pronto habrá más entradas.

Anónimo dijo...

Muy interesante lo que cuentas.Lo mejor sin duda es conservar a los mismos amigos!