Ha desaparecido un Picasso camino de Granada, como cadáver de Lorca en la cuneta, y me he acordado de cuando robaron la Mona Lisa y le echaron la culpa al malagueño. Luego resultó que lo que se había llevado eran unas esculturas ibéricas, y lo soltaron; se ve que no eran valiosas aunque inspiraron el de las señoritas de Avignon, que eran todas unas putas. Yo no se si Picasso tendría tanto aprecio al cuadro de la guitarra - porque es un cuadro de ese instrumento -como tenía Leonardo a su Mona Lisa, que no prestaba ni al rey de Francia, aunque este se la quedó al final. Nunca sabremos si la del Louvre es o no la verdadera, pese a los análisis que como a la Sábana Santa le vienen haciendo desde hace décadas. Lo más probable es que quien dio el cambiazo lo hiciese a conciencia. Esto viene al hilo de que se presta a argumento de novela, pero no para ganar un Planeta, que es cosas de señoras de postín, sino para hacer una de ladrones y fantasmas. De fantasmas digo porque el cuadro tiene algo de fantasmagórico más que de cubista, y después de esta su valor se duplicará en las subastas. No estoy dispuesto a que se me acuse de nada, bien es cierto que en casa tengo un cuadro semejante, que más que guitarra parece silla. Si no aparece el bueno, con el mío se pueden hacer un apaño, no regatearé precio.
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