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sábado, 31 de mayo de 2025

La divina del libro

La estatua de Pío Baroja, don Pío, esa del gabán, la bufanda y la boina, la que está donde acaba la Cuesta Moyano y empieza El Retiro, con estas calores de mayo, le quita a uno las ganas de irse de libros. Su presencia es una invitación a infierno, algo tiene que ver el que luego venga la del ángel caído. Tiene esta ruta que abre el vasco visos de Divina Comedia, habrás deducido. No te sale al paso Virgilio sino don Pío, tú tampoco eres Dante. Es un largo peregrinaje entre gentes diversas, que están cumpliendo con su purgatorio sin saberlo, aunque se quejan del calor y enseñan los brazos colorados. Los hombros no dejan ver los libros, huele a sobacos y te dan codazos. Buscas el lado de la sombra y dejas para otra hora u otro día el de la solana. Donde firman los famosos la temperatura es aun más alta, como fragua de Vulcano. Allí descubres que sudan como cualquiera, te arrugan la primera pagina y escriben como los médicos. Las colas son largas. Hay quien aguarda su turno con devoción, porque admira al autor o autora, viene de lejos, prepara un regalo, cumple una promesa o se suma a lo que hace el resto de la gente, por si regalan algo o se sale en la tele. Luego que te decides por algo, cargas con todo, en unas bolsas ecológicas que se rompen con facilidad, y te pierdes en el metro descubriendo lo que puede llegar a pesar el papel tintado, y preguntándote si realmente te llevas lo que buscabas o te quedará presupuesto para acabar el mes que empieza. Dicen que este suplicio es la fiesta de la cultura, aunque de lo que se trata es de vender mucho, que tú lo compres.


viernes, 30 de mayo de 2025

Sonidos en la noche

Lo singular de la noche es que te permite escuchar sonidos que de día serían inimaginables. Es, cuando la calle queda vacía y no circulan los vehículos, el momento en el que empiezas a oír los lamentos de los muebles de madera, los crujidos de las paredes, el zumbido de los electrodomésticos e incluso el paso de las crujientes cucarachas. Por supuesto que también percibes con nitidez el ruido de los muelles de la cama del vecino, que te aporta información suficiente para determinar si duerme como un bendito, no encuentra la postura o se ejercita en varias. Es en este punto cuando más conviene marcharse a ver la tele y confiar que se canse pronto, que mañana hay que madrugar.


Las tertulias literarias y sus cucarachas

Las tertulias literarias del XIX y principios del XX, eso si eran reuniones de artistas. La bohemia, esa pobreza con letras o en verso, el hambre que se apagaba con alcohol y papel masticado era, en suma, el abono perfecto para la creación. En la miseria de aquellos lugares se arremolinaban una gran diversidad de insectos: piojos, pulgas, moscas y cucarachas. Se repartían entre los concurrentes como el Espíritu Santo a los apóstoles. Hablaba un Valle Inclán, por ejemplo, y entre sus greñas asomaba una corredora las antenillas, y tomaba nota. De ahí que las cucarachas del antiguo Madrid fuesen las más cultas. Su vestimenta de frac las hacía respetables, como si se tratase de catedráticos el día de alguna efeméride académica. El problema residía en que nadie se detenía a escucharlas, si acudían al retrete o se presentaban entre las viandas, sin avisar, sino que las silenciaban de un pisotón y las echaban a patadas. Un mundo cruel este para bichos tan elegantes. Ya no acuden a las tertulias porque se fueron los miserables y los libros se venden porque los escribe gente bien.

Las tripas cantarinas

Mi abuela Visitación tenía algo de nórdica, por el color azul de sus ojos, la piel blanca y el tono rojizo de su cabello, que bien podía ser un tinte, pero esos detalles se escapa a un niño pequeño como fui una vez. Creo que le hubiesen sentado bien unas trenzas hasta el busto. Mi abuela solía vestirse para andar por casa con un babi a cuadritos, siempre de colores oscuros. Yo creo que entonces era el uniforme de todas las abuelas. Por debajo asomaban unas piernas que recuerdo hinchadas, de las cuales una iba a remolque de la otra, especialmente cuando subía y bajaba escalones. A mi abuela le sonaban las tripas, como gorgoritos, y, algunas noches, a la luz de la luna, nos sentábamos junto a la ventana de la cámara para escucharlas. Aquello era contagioso, porque las mías no tardaban en protestar también. Después, cuando misteriosamente callaban, espiábamos a las salamanquesas que se tostaban junto a los faroles o a las polillas que se estrellaban contra sus cristales. Sin darte cuenta abrías los ojos y era otra vez de día. Todo pasó a formar parte de los sueños.


miércoles, 28 de mayo de 2025

Misterioso Tristán Bantam

Todo lector que se precie tendrá un libro o un cómic favorito. Pero también cuenta en su haber con alguna lectura que le transmite una extraña sensación entre lo misterioso y lo inquietante, lo incomprensible e irracional. Es un sentimiento confuso entre lo atrayente y la desazón. Produce una experiencia inusual, surrealista más bien, puesto que parece pertenecer al mundo de los sueños, o las pesadillas. Supongo que habrá quien denomine a esto mágico. Os aseguro que también puede ser terrorífico. En mi vida existe un comic que me transmite un singular desasosiego desde que lo leí por primera vez, y tal sensación persiste por más que lo repaso e intento averiguar el por qué, la causa de ese enigma. Es un comic de Hugo Pratt y protagonizado por su inconfundible Corto Maltes, aunque no sea el verdadero protagonista sino el joven Tristán Bantam. La historieta El secreto de Tristán Bantam se incluyó en un tomo recopilatorio titulado Bajo el signo de Capricornio. Yo tengo la edición de Nueva Frontera, la de la Biblioteca Totem, banco y negro, (creo que es un dato importante). La aventura se desarrolla en Brasil, lugar que evoca religiones y creencias ancestrales. Siempre que me enfrento a su misterio, que quizás no exista más que en mi imaginación, me siento atrapado en una extraña espiral, una escalera que desciende a un infinito muy negro, cuyos escalones son cada una de las viñetas que voy leyendo, pero creo pisar. Siempre que repaso sus páginas ando buscando algo que se me escapa. Como si limpiando la superficie de un espejo descubriese al otro lado una clave definitiva. Este presentimiento no lo experimento con casi ninguna de las otras obras del mismo autor. Bueno, hay una pequeña excepción, pero la sensación se reduce al visionado de algunas viñetas muy concretas. Es como si ahí también hubiese una grieta que me permitiese acceder a lo desconocido. En fin, ya digo que es una cuestión personal, no necesariamente común a más personas. Hay cientos de lectores que pasarán por alto mis apreciaciones. Sin embargo, sospecho que hay algo misterioso oculto en cada una de esas misteriosas líneas que forman figuras.


sábado, 24 de mayo de 2025

Heil Palestina

No hace mucho que al disidente de izquierdas, cuando abría la boca, lo tachaban de fascista los suyos y este se retiraba con el rabo entre las piernas, condenado al ostracismo. Benjamín Netan, que no tiene un pelo de tonto, ha hecho suya la estrategia. Lo del fascismo ha resultado ser un búmeran muy práctico. Mientras todos ponen la vista en Gaza, ahí al lado, en Marruecos, los ejércitos norteamericano, israelí y marroquí hacen maniobras militares conjuntas en el desierto. Cuenta la leyenda de la pérdida de España que los judíos abrieron las puertas de las ciudades a las huestes de Tarik y Muza. Y es que ni los fachas conocen ya la historia de su país. Igual les da por cerrar universidades también.


martes, 20 de mayo de 2025

Jugando con los demonios

En ocasiones me gusta incordiar a los demonios que llevo dentro. Es en el instante en el que la vigilia conduce al sueño cuando los saco de su letargo. Se trata de presentarles un juego y conseguir que participen. El reto es simple, consiste en enunciar palabras sin orden ni concierto, hasta que se convierte en algo mecánico, como respirar. Llega un momento en el que empiezas a escuchar términos que surgen de lo más profundo de tu cabeza, primero pequeños susurros, después voces sonoras. Percibes de este modo que se han sumado al encadenamiento. Todo va bien hasta que escuchas una palabra pronunciada con muy mala leche. Es en este instante en el que procuro recuperar el sentido o cambiar de postura, para alejarlos, porque parecen cabreados o cansados de la distracción, quizás porque los he apartado de alguna maldad que estaban preparando o simplemente porque les he robado el sueño eterno en el que aparentemente yacen. El caso es que puedo asegurar que anidan ahí dentro, y temo que el que grite más fuerte me robe este cuerpo. Yo también juego con fuego.



domingo, 18 de mayo de 2025

La República la trajo el rey

 La proclamación de la II República fue resultado del parecer de Alfonso XIII, hay que señalarlo. Fue el rey el que con su decisión de abandonar la jefatura del Estado permitió el cambio pacífico de régimen, (del mismo modo que decidió una década antes que España se convirtiese en una dictadura). El resultado del plebiscito para los municipios, que dio la victoria a las candidatura republicano-socialista en algunas capitales y ciudades importantes, no era razón suficiente que justificase la caída de la Monarquía, puesto que en esta consulta aquella tenía el respaldo del mayor porcentaje de electores. Siempre se podrá argüir que el voto rural fue manipulado por los caciques, pero el resultado era favorable a los partidarios del rey. Alfonso XIII podía haber continuado desempeñando sus funciones conforme a la ley, dentro del marco del viejo sistema de la Restauración. Sin embargo, tras una lectura apresurada del recuento de votos y aconsejado por el líder de los liberales progresistas y mayor terrateniente de España, Álvaro de Figueroa y Torres (conde de Romanones), - u obedeciendo a uno de esos prontos que caracterizaban su personalidad - optó por liquidar el sistema que diseño Cánovas del Castillo, e inauguró su padre Alfonso XII. Fue precisamente Romanones el elegido por Alfonso XIII para llevar a cabo las gestiones pertinentes, el que se entrevistó con Alcalá Zamora para pactar el paso de poder al Gobierno Provisional, e improvisado. Es por todo ello necesario afirmar que no fue la explosión popular en las calles sino la determinación del rey la que trajo la República. Hilando fino, podríamos rematar diciendo que la República fue una cagada de la Monarquía.


viernes, 16 de mayo de 2025

En contra de las dedicatorias

Me llamarán raro o caprichoso, pero soy de los que evitan la dedicatoria en un libro. Incluso más de una vez he rechazado uno de ocasión que traía una escrita: "de fulanito a menganito, que te guste mucho", o cosas por el estilo. A mi me gusta el libro impoluto, como recién salido de imprenta. Soy de los que se lavan las manos antes de tomar uno entre ellas. La dedicatoria roba protagonismo al texto, te atrapa en una red anodina que te impide avanzar en la lectura, porque te retrotrae constantemente al momento en que te la hicieron, y se te antoja autógrafo en una servilleta de papel o en la palma de la mano, te distrae; ni te cuento si reparas en la frase cada vez que lo abres, una vulgaridad repetida cientos de veces de una persona que no te conoce de nada. Además, casi siempre el nombre no se entiende, o te lo cambian, y ahí queda eso. Recuerdo esa en la que tuve que buscarme un amigo que se llamaba como ponía en la dedicatoria, para librarme definitivamente de aquella rémora. El tío, que desconocía la verdadera razón, me dio las gracias encarecidamente. He de confesar que he arrancado la hoja que me molestaba siempre que no he tenido otra alternativa. Yo creo en fin, que un libro es un santuario, condenado a desintegrarse en el tiempo, pero no a convertirse en un muro de pintadas.


miércoles, 14 de mayo de 2025

El paquete

¿Quién no ha recibido el mensaje del paquete que tiene a su disposición? Sí, ese en el que se ve la foto del tráiler en el que se supone que viaja. Es un clásico. He de confesar que han sido muchas las veces que he estado tentado de pinchar en el enlace para ver qué es lo que había pedido. ¿Y si fuese un libro? La prudencia, sin embargo, me ha librado hasta la fecha del fraude. Pero, con lo insistentes que son, llegará el día en que pique. Todo esto me trae a la memoria lo del virus aquel que viajaba por las redes dentro de un email, disfrazado de enanito. La curiosidad invitaba a saber del” pedazo” del que presumía. Hubo incluso una etapa en que lo enviaban en inglés, supongo que para darle más morbo al asunto. No sé que habrá sido de aquel personaje, imagino que habrá regresado a su casita en el bosque, a trabajar en la mina o a esperar inútilmente a una Blancanieves. Lo que está claro es que hay paquetes peligrosos. Ojo con manipularlos.


martes, 13 de mayo de 2025

Mentiroso

Cuando era niño era un gran trolero, mentiroso, no disfracemos la realidad. La imaginación me podía e inventaba vidas paralelas, por lo que muchas veces no distinguía la realidad de la fantasía. Creo que todavía me pasa. En una de aquellas me destaparon y acabó la farsa. En el bus que me llevaba al cole todas las mañanas había dos sujetos de mi edad, seis siete años, que se sentaban juntos e intercambiaban tebeos de los de Wald Disney, de aquellos de la editorial Cucaña, que eran redibujados tomando como base las tiras de prensa norteamericana. Los tíos tenían un montón, los intercambiaban y debatían sobre ellos.  Supongo que fue la envidia la que me condujo a sentarme a su lado para participar de sus conversaciones, que ahora denominaría friki. De entrada, les hablé de los que yo tenía de la colección, que eran exiguos. Pero poco a poco, conforme nos fuimos conociendo me atreví a inventarme títulos e historietas, y ellos me escuchaban con mucha atención.  Era una sensación extraordinaria, me contemplaban con admiración. El caso es que todo lo bueno se acaba. Un buen día un tipejo con tres o cuatro años más que nosotros, en mitad del diálogo, cuando yo mencionaba algún que otro título de mi colección imaginaria, soltó que todo aquello era mentira, que esos tebeos no existían. Para mí fue un mazazo, pero mis camaradas no dieron crédito a su calumnia. Sin embargo, el otro, para demostrar que tenía razones para acusarme de mentiroso, tomó un ejemplar y se fue a la contraportada, donde venía una lista enorme de todos los que se habían publicado y demostró que no existía ninguno de los que yo citaba. Aquello pintaba muy negro. Pero como buena lagartija que era me defendí diciendo que los que yo mencionaban eran títulos de una colección gemela, la de Hanna Barbera, que era igual en diseño y de la misma editorial. De este modo silencié al bocazas, pero perdí ascendencia con los frikis porque los de Hanna Barbera no tenían el prestigio de Disney, sino que eran más domésticos. El caso es que, para no empeorar más las cosas, desde ese día empecé a sentarme al fondo del autobús, donde había un ambiente menos selecto, pero ávido de historias.


lunes, 12 de mayo de 2025

Las marionetas del falo

Contaba en una de las suyas Heródoto, de cuando visitó Egipto, que las mujeres, para las fiestas de Dioniso, (debía referirse a Apis), sacaban a la calle marionetas con forma de hombre de un codo de alto, a las que hacían levantar un miembro viril no inferior al resto del cuerpo. E iban precedidas de un flautista, después de haber sacrificado en la puerta de cada casa un puerco. Y esta costumbre la copiaron los griegos, para lo de la procesión del falo.


domingo, 11 de mayo de 2025

Que son de clase obrera

Hay gente de aquí empeñada en definirse de “clase obrera”, aunque jamás haya subido a un andamio, y te lo explican muy bien, con palabros y frases hechas. Imagino que lo que quieren decir es que son de clase trabajadora, proletariado, vamos, que era el nombre que se daba a los que trabajaban en las fábricas. Pero, de esos, aquí en Eurolandia, quedan muy pocos porque las factorías hace décadas que se las llevaron a China. Luego están los de la recogida de algo en el campo, que ya nadie llama jornaleros, y todos son de fuera. Muchos de los que se califican como obreros ejercen en la hostelería, en eso de limpiar y servir. El caso es que, a la hora de la verdad, pasa como en lo de antes, que todos acuden de África y Sudamérica. Ahora hay mucha clase obrera de aquí que se hace influencer o baila tik tok, pero para concienciar. En todo hay clases.


jueves, 8 de mayo de 2025

La feria que se escaparon los ponis

Ahora que está aquí mayo y se acerca la feria, recuerdo el día que se escaparon los ponis. Era muy temprano, al alba, que queda más poético, cuando la avenida de la Victoria entonces, se llenó de caballitos que huían a no se sabe donde. Cansados de dar vueltas, aprovechando el descuido de su dueño, se escaparon del torno que los conducía a ninguna parte y se hicieron dueños de las calles para sorpresa de viandantes y sofoco de conductores, acompañado de la banda sonora de las tristes sevillanas, las chochonas y los berridos de hot dogs. Los ponis llevaban mucha delantera al mozo que los perseguía, cuando tuve la oportunidad de verlos correr, cosa que jamás imagine que pudiesen hacer, acostumbrado a verlos tan quietos y pacíficos. Ahora lo hacían con las crines al viento, golpeando el asfalto con sus pequeños cascos amorfos, convertidos en sandalias de Mercurio. Fue un instante impagable verlos galopar a la altura de la caseta del Círculo, evadiéndose de la prisión que para ellos era la feria. En la ceguera de su frenesí no se detuvieron a la orden visual de los semáforos, ni se dejaron intimidar por los que con los brazos abiertos quisieron detenerlos. La noticia salió en el diario Córdoba. Al último lo atraparon casi a las afueras de la ciudad. De los ponis tal vez olvidaré sus ojos tristes, pero jamás su rebelde competición por la libertad.


martes, 6 de mayo de 2025

Siricio se convirtió en Papa

Para elección de papa la de Siricio, que vino a continuación de Dámaso I. Todo el mundo en la cristiandad suponía a Jerónimo de Estridón, san Jerónimo, como sucesor de Dámaso, por la amistad que los unía, pero los partidarios de Siricio impusieron su criterio a garrotazos, repartiendo golpes a diestro y siniestro. Jerónimo tuvo que salir huyendo de Roma para terminar refugiándose en Tierra Santa. Este Siricio fue el primero en proclamarse Papa y adoptar la liturgia imperial. También el que impuso el celibato a los religiosos.


lunes, 5 de mayo de 2025

El Maligno surfea

El Maligno surfea.

 

Siete fueron las brujas convocadas la noche de san Juan. Cada una de ellas tenía como apodo el nombre de uno de los días de la semana. Acudieron todas, menos una, montadas en escoba, que lo hizo sobre una tabla de surf. Miércoles fue la primera en descubrir el atrevimiento, pues se cruzó con ella a la altura del campanario de la iglesia, e intentó mediar para que no se presentase de tal guisa ante las compañeras; pero esta ignoró su propuesta y continuó planeando impertérrita. Por lo que Miércoles se adelantó y voló a comunicárselo al resto, ya reunidas junto al burbujeante caldero, que no dieron crédito al anuncio. Jueves, la más sabia y prudente, negó con la cabeza. Marte, muy disgustada, prometió ajustarle las cuentas. Viernes evitó darle protagonismo y la ignoró. Lunes propuso someterla un escarmiento común. Y Sábado, que era la veterana, auguró que no saldría viva del cónclave.

Llegó Domingo pausada como una pluma y al ir a tomar tierra, hizo un quiebro extraño con la tabla, y volcó el caldero, cuyo caldo apagó el fuego. Las seis hechiceras que la esperaban quedaron mudas. La oscuridad se hizo dueña del círculo. Aquello era un sacrilegio.

A tientas unas y otras la emprendieron con la que tenían más a mano, creyéndola rebelde, y a los golpes siguieron los lamentos y después los gritos. Tal fue la barahúnda que en el pueblo cercano los vecinos cerraron puertas y ventanas o corrieron a refugiarse en la iglesia. El combate fue largo, las maldiciones saltaban como relámpagos y los alaridos sonaban a truenos. Al amanecer solo una bruja permanecía en pie, rodeada de los cadáveres de las que fueron sus compañeras. Era Domingo la vencedora, que con habilidad había sabido sortear el ataque de sus hermanas y enemigas. La luz de la aurora iluminó el campo de batalla y poco tardó en convertir en ceniza a las contendientes, de modo que parecía imposible que hubiesen estado allí alguna vez. Los gallos cantaron y redoblaron las campanas. Los habitantes de la región asomaron las orejas y otearon el horizonte, para comprobar con alegría que la tormenta había cesado.

A los lugareños llamó la atención la tabla de surf clavada en la tierra, que tomaron por una lápida. Y a su sombra descubrieron agazapada a una niña muy hermosa, que decidieron acoger por verla tan vulnerable, y cubrieron con una manta. No tardarían en descubrir su error, pues aquella que arroparon los convocaría otra noche de san Juan en el mismo lugar, para conseguir del Maligno nuevos beneficios, pues a este, el sacrificio de sus semejantes, le había sabido a poco.



domingo, 4 de mayo de 2025

El espadón del alférez

Dieron parte al alférez de complemento de la visita inminente del Tcol. Y estando el teniente de permiso, el oficial de mayor rango para la recepción era él. Como a la autoridad competente se la saludaba con sable, el joven estuvo practicando los días previos los movimientos precisos para cumplir con la obligación.

Llegó la fecha prevista y la primera orden directa del superior al alférez fue la de no saludar con el arma blanca, que fue para el último una decepción por lo mucho ensayado. Al toque de corneta presentaron armas los soldados y se inició la revista al campamento. La comitiva recorrió las instalaciones, deteniéndose el Tcol donde le parecía apropiado, con las manos a la espalda, sin dejar de lucir la panza. Cumplida la obligación, se retiraron al comedor a dar cuenta del rancho que para la ocasión se había dispuesto, nada que ver con el habitual, sino más lustroso y nutritivo.

Fue en el momento de los postres, una vez que se había dado cuenta de los licores, cuando el Tcol quiso sincerarse con el alférez, y fue a explicarle la razón de alterar el protocolo.

- No hace mucho visité otro cuartel. Y allí me recibió uno como usted. Al levantar el sable me arrancó la gorra, que salió volando, y cuando me agaché por ella, él lo hizo también, y lo que conseguimos ambos fue un chichón. Desde entonces, si descubro que el que está al mando es un alférez, evito el saludo.


La bruja Lansbury

 Ángela Lansbury marcó profundamente mi existencia, lo digo por el asunto de La bruja novata, la de peli de Disney, un personaje apropiado para oscurecer al mismísimo Harry Potter. Para muchos Ángela es la que hace de Miss Marple, en adaptaciones cinematográficas de las novelas de Ágata Christie, o la reportera del crimen de la serie Se ha escrito un ídem. Pero en mi caso, Ángela era sobre todo la bruja que impidió la invasión nazi de Inglaterra. Para mi sugestiva mente de pocos años ver en movimiento trajes como si se tratase de personas fue el no va más de lo sorprendente. Estuve meses probando a poner en movimiento mi pijama y zapatillas de andar por casa, pero sin éxito alguno. De aquellos experimentos paranormales, sin embargo, debió de quedar alguno porque, siempre que me acuesto, para conciliar el sueño, me aferro con firmeza a los hierros del cabecero de la cama, convencido de que esta me lleve volando a algún lugar desconocido y, de no hacerlo, pueda caerme en cualquier otra e indeseada parte. Esta costumbre que provoca reflexión al que me observa, si me pilla en brazos de Morfeo, obedece a tan sencilla razón. Por eso cuando me enteré de mayor de que había un personaje de comics llamado Nemo que volaba en su cama al país de los sueños, no me pareció nada original, salvo en el diseño de sus páginas, porque eso lo hago yo todas las noches.