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miércoles, 18 de mayo de 2011

Triunfo de Pompeyo.


Quiso conmemorar Pompeyo sus victorias africanas entrando en la ciudad de Roma montado en un carro tirado por elefantes, en lugar de caballos como era costumbre. Se puso corona de laurel, toga púrpura y embadurnó su rostro de rojo. Mas cuando hizo amago de atravesar las puertas de la ciudad le fue imposible pues, por su tamaño, los elefantes no cabían. Para algunos aquel fue presagio. Si no lo hizo Anibal, tampoco Roma sería de Pompeyo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno juan

El Bernar dijo...

Pobre Pompeyo. Que vuelva al concesionario y descambie los elefantes. ¿Guardó el tique?