Era una chica mala, mala, mala, malísima. Era tan mala que si te acercabas a su casa a pedirle una cucharadita de sal, te daba una de azucar. Y así se te picaban los dientes, ya digo.
1 comentario:
Anónimo
dijo...
Desde el 31 de Mayo no as dado palo al agua. Tus admiradores, no podemos esperar tanto para disfrutar de tus trabajos.-
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Desde el 31 de Mayo no as dado palo al agua. Tus admiradores, no podemos esperar tanto para disfrutar de tus trabajos.-
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