Paula buscaba un príncipe azul y topó con un sapo que resultó ser eso, y nada más. Después de darle muchos besos, sólo consiguió un herpes labial. Pese a todo le cogió cariño y ahora lo ha puesto en una jaula con alpiste por si aprende a cantar. El caso es llegar a ser rica y famosa, aunque salga el príncipe rana, o sapo.
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