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jueves, 13 de agosto de 2020

Ruano y Lorca

 Dice González Ruano en sus Memorias anatemas que provocan su condena.

"(...) A mí, Federico García Lorca no me acabó de ser nunca simpático como le fue a todo el mundo. Era como un chico de pueblo ordinario que se hubiera puesto un lazo de seda en el pelo y sentado frente a un piano a hacer gracias. Federico era feo, agitanado y con cara ancha de palurdo. Vestía cursimente y presumía de ser gracioso, espiritual y mariquita del sur.
(...) Tres o cuatro veces intentamos, tan sin ningún entusiasmo, una relativa amistad que aquello quedó en nada. Nunca nos llamamos de tú, y un día que coincidimos con unos amigos comunes, se habló de ir a casa de no sé quién para oír unas canciones al piano y que yo dije que no podía acompañarles, recuerdo que él, quizás creyéndolo una desconsideración, me dijo destempladamente y sin que viniera a cuento:
- Usted tendrá citada una de esas Mata-Haris que meriendan bocadillos de jamón...
- ¡Hombre, Federico...! ¡Es que usted sólo conoce marineros que meriendan nardos!
(...) A mí me reventaban desde sus zapatos horribles hasta sus insoportables corbatas.
(...) Una vez lo vi en la calle de Alcalá con otro joven - de nuestra edad más o menos - que tenía cierta cara de loco y que obedecía bastante a mi propio físico, por lo que pregunté al que iba conmigo si sabía quién era. Me dijeron que Salvador Dalí..."
Decir como dato curioso que Ruano y Dalí podrían pasar por hermanos gemelos.





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