Seguidores

domingo, 28 de septiembre de 2025

No me duermo leyendo

Nunca me he dormido leyendo un libro. Me he dormido viendo la tele, en el cine, en una conferencia, en el tren, e incluso, a mi pesar, conduciendo. Me llama la atención que alguien pueda dormirse con un libro en las manos. Otra cosa es que me haya apartado de este mundo, sumergido en la lectura, y sea capaz de leer incluso con ruido ambiental, en la cafetería, mientras meten goles, se escucha la novela o viene una visita, (esto último ya no lo hago porque queda feo). Para mí el libro es como el brocal de un pozo, te asomas y te atrapa, y dejas un rato el cuerpo sin alma, a la vista de todos, que intuyen que ya no estoy con ellos. Con esto no quiero venir a decir lo maravillosos que son los libros, como esas escritoras que los venden para satisfacción de los editores, sino que, si bien abren puertas, también amontonan polvo y pescadillos, y no sabes cómo librarte de ellos. Cuanto me acuerdo del ama y la sobrina; lo quemaron todo, pero dieron alas a don Quijote al mentar a Frestón, ¿o era Muñatón? Los mejores libros están en las cabezas.



sábado, 27 de septiembre de 2025

La llave

De Isaac Bashevis Singer esta ese relato de La llave, que retrata el New York popular que tantas veces hemos visto representado en las películas, ese de irlandeses y puertorriqueños, niños jugando al amparo del hidrante y ancianos que no cambiaron a tiempo de barrio. Cuenta al historia de una vieja solitaria que ha perdido el contacto con el mundo que la rodea, por miedo y dejadez. Un día se le rompe la llave de la casa donde se refugia y se ve obligada a recorrer un mundo que consideraba hostil en busca de ayuda. Al final descubre que no estaba tan sola y los que imaginaba enemigos son personas que estaban dispuestas a ofrecerle su ayuda. Un cuento entrañable.



miércoles, 24 de septiembre de 2025

Bubínez

Recuerdo que su mote era Bubínez, el Bubínez, pero no consigo ponerle cara del todo. Sospecho que era un personaje singular de los que poblaban y pueblan las aulas. Extraño, atípico y señalado. Tuve ocasión de tratarle y de hacer cierta amistad, de esa de ocasiones, que daban pábulo a la tertulia fortuita e intrascendente. Encuentros fugaces e inesperados, una de esas casualidades de aquellos tiempos sin móviles, al salir del laberinto de la judería, después de unas clases en la facultad, o al recorrer el barrio cuando cerraban los comercios, justo cuando el sol se ocultaba y el relente invadía las callejas. Conversaciones de diversa condición, intrascendentes o graves, que venían a sofocarse en la espuma de las cañas.
Creo que llegó el día en que Bubínez, el Bubínez, se ganó mi respeto, por la garantía de sus conocimientos y razones, y entonces dejó de llamarse Bubínez, para llamarse Curro; pero ambos son ya una sombra borrosa en un paisaje arruinado. Vagas figuras de jóvenes que dejaron de serlo y se confundieron en la memoria, que también se difumina para desorientarnos.


domingo, 21 de septiembre de 2025

Las guerras sólo son eso

Mis abuelos perdieron la guerra, pero nunca oí de sus labios la frase “ni olvido ni perdón”, ni otras idioteces que tantas veces he leído en foros del face y otros, relativos al conflicto. Bien es cierto que yo era muy pequeño y no era este tema habitual de ninguna conversación, por lo que solo escuché alguna vaga referencia a aquel, y sobre todo de disparates como los de los cuadros de Goya; y si bien es cierto que en cierta ocasión pregunté si mis abuelos estuvieron con los “buenos” o con los “malos”, mi tía Pepa, sin titubear, me contestó que con los “buenos”, reiteradamente, y ahí terminó mi curiosidad. Pasaron muchos años hasta averiguar que fue con los “malos”. Habrá quien atribuya ese silencio al miedo, pero creo que también a la conciencia, porque, con o sin justicia, a la guerra se iba a matar, y mis abuelos fueron conscientes de aquello, hasta los últimos días de su existencia. Sólo en cierta ocasión, uno de ellos, un día que nos habíamos quedado solos, sentados a la mesa del salón, mientras yo dibujaba y él miraba la lejanía a través del cristal que nos separaba del balcón, lo sorprendí hablando en voz alta de un terrible suceso, que yo no comprendía y tampoco recuerdo como vino a cuento; y es que empezó contando algo de un hombre que se comía Europa y nadie hubiese detenido sino los americanos. Pero después empezó a hablar de un barco que se acercaba a la costa y que la primera batería no disparó, y la segunda, donde él estaba, tampoco. Hasta que de la tercera sonó un estruendo inesperado, de donde partió un proyectil que acertó de lleno a la embarcación y la llevó a pique en pocos minutos, muriendo en el naufragio 1000 soldados, que llamó “nacionales”. Después me contó que temió por su vida, porque acudieron unos comunistas, “con muy mala leche”, a preguntarle a él y al resto de artilleros que por qué no había disparado, y contestó asustado que no había recibido órdenes.

Y después de narrar otros detalles que no recuerdo, quedó en silencio, como si no hubiese contado nada. Creo que tenía ganas de confesar algo y, aprovechando mi corta edad, se liberó de una carga muy pesada.

Con los años descubrí que mi abuelo hizo la guerra en Cartagena, que estuvo en una de las baterías de la Parajola, y fue testigo del hundimiento del Castillo de Olite, el mayor desastre naval de la armada española, 1476 fallecidos. Dieron orden de no rescatar a nadie. La guerra terminó unos días después. Sospecho que el resto de su vida, mi abuelo estuvo oyendo gritos de socorro. La última vez que lo vi, fue en el hospital, confesándose con un sacerdote. Hay tragedias a las que a uno invitan sin oportunidad de evitarlas, sin posibilidad de encontrar una salida.


miércoles, 17 de septiembre de 2025

Semita no es sinónimo de judío

Semitas es el término con el que las ciencias sociales se refieren, o se referían, a las gentes de oriente próximo, (arameos, asirios, babilonios, sirios, fenicios, cananeos, árabes y también hebreos). En esta definición se daba por sentado un componente racial como diferenciador, hoy día muy discutido.

Con el tiempo surgió el término “antisemita” o “antisemitismo" que expresaba un sentimiento de hostilidad concreta contra el grupo religioso de los judíos, (al que se añadía un falso componente racial). Desde ese momento parece que semita y judío, o hebreo, son sinónimos, lo cual no es cierto, por lo que vimos al principio. Es curioso cómo respecto a esta religión, o religión-estado, surge un lenguaje de términos exclusivos, solo admitido para expresar la realidad de un grupo concreto, el suyo. Es una especie de colonización, no de territorios, sino de palabras.


martes, 16 de septiembre de 2025

No son fascistas, sino protestantes

No son fascistas, son protestantes, en sus múltiples acepciones. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Es gente que se aprende de memoria la Biblia, una de tantas, y quiere crear una sociedad basada en los valores que teóricamente aquella defiende. Son integristas, aunque visten chaqueta y calzan deportivos para jugar al golf. En el pasado identificaron extensos territorios de América con la tierra prometida y allí corrieron a establecerse, a tiros si era necesario. Están convencidos del retorno de Jesús y sus discípulos al final de los tiempos, que están cerca y no hay por qué retrasar; por eso, para tan señalado día, reservan habitaciones para aquellos en los hoteles más distinguido de Utah. Ese celo con la doctrina no les ha impedido identificarse con el liberalismo, pero sólo en su vertiente económica. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios, o que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha, (sin vagas interpretaciones católicas). De ahí su vivo interés por hacer dinero, porque el rico está predestinado, tiene asiento en primera fila y pasará por el ojo de la aguja el día del juicio. Para el que no quiera hacerse rico, (que no entienden que no pueda), hay sitio en el infierno, sin salir del planeta.


domingo, 14 de septiembre de 2025

El Cervantes de la Transición

De Cervantes quedó para el recuerdo, o el olvido, una serie de televisión que amenizó muchas noches de 1980 y 81, el mismo año que dispararon sobre Ronald Reagan. Un joven licenciado elaboraba un memorial para rescatar de la miseria al célebre escritor, pero topaba con la Inquisición. Era una producción de RTVE, dirigida por Alfonso Ungría y protagonizada, entre otros, por Carmen Maura, Julián Mateos, Paco Rabal y Marisa Paredes. Tal vez sea este el momento de repasarla, para advertir el modo en que la sociedad española de los años de la Transición veía al de Lepanto.


sábado, 13 de septiembre de 2025

Magos de Oriente o el reino imaginario

Sin Israel el Islam seguiría durmiendo una siesta de siglos, que es lo que llevaba haciendo hasta entonces. El asunto este es algo así como lo de Parque Jurásico: traer del pasado a los protagonistas de aquel, sin pensar en sus consecuencias. También puede llamarse nacionalismo. El conflicto surge cuando lo que se consideraba realidad no es más que leyenda, o la suma de varias. Las religiones tienen gran culpa de ello, sin olvidar a los políticos que las siguen a pies juntillas. Cualquier patriarca bíblico es tan real como los magos de la Tierra Media, pero dañino en manos de tuertos, que también quiere decir torcidos.


viernes, 12 de septiembre de 2025

Tregua sagrada, para el deporte

En la Antigua Grecia, si alguna polis no cumplía la tregua sagrada, en tiempo de competición deportiva, sufría la expulsión de su equipo. El griego era un pueblo con honor y respetaba las normas fijadas en asamblea.


Palabras exclusivas

No hay que prestar mucha atención a los políticos cuando hablan porque la boca se la carga el Diablo y además no son precisamente eminencias por salir en la tele, sino todo lo contrario, que la abren y largan sandeces como escupitajos. Y ahí tenemos al alcalde de Madrid, que se ha hecho un lío, porque parece olvidar que Madrid no deja de ser otra ciudad y no es una cátedra, (y él está de paso), y nos cuenta que la propiedad intelectual de "genocidio" la tiene Israel, aunque el DRA no especifique si el uso del término es exclusivo de un grupo étnico en concreto, sino que se refiere al general de pueblos y naciones que puedan haber sufrido exterminio y eliminación sistemática por diversas razones, que es lo que en estos tiempos que corren vemos suceder en Gaza. Pero que es cuestión de andarlo, el dinero lo puede todo, y, por ganar unas perras, los políticos son capaces hasta de vender su nombre.


domingo, 7 de septiembre de 2025

El fantasma de la Facultad de Letras y otras filosofías

En el viejo hospital, que ahora Facultad de Historia, por sus pasillos y aulas, antes salas de enfermos, acudía a clase el fantasma entre el confuso alumnado, no porque quisiese estudiar el origen de la civilización o las Guerras Púnicas, ni siquiera el resultado de la I Guerra Mundial, sino porque no podía irse a otra parte, tan perdido estaba, desde que se llevaron su cuerpo a otro lugar - nunca supo a dónde – en un momento en el que estaba entre la vida y la muerte, y desde el más allá regresó demasiado tarde. En esa dicotomía que halló sin pretenderlo quedó fijada su existencia hasta el fin de los tiempos, si es que estos lo tuviesen, cosa que ignoramos. De este modo, de alma en pena, tiempo tuvo de ver pasar los años y las obras, modificaciones y readaptaciones del edificio, hasta el día de hoy, que le permitió asistir a clase, sin pagar matrícula, curso tras curso, como para hacer un sinfín de doctorados. Ocasiones no le faltaron para conocer nuevos compañeros y profesores, que para los muertos ya no existe el género, y pudo así conocer mejor la naturaleza humana, sin necesidad de implicarse en sus conflictos y comedias, sabedor de que sobre su vida ya estaba todo dicho. Pero como el tiempo no era precisamente lo que más le preocupaba, ni el aprender, decidió al fin, un día, ejercitarse como lo que en realidad era, un fantasma, y comenzó a hacer travesuras, como desordenar los apuntes del compañero, cambiar de sitio los libros de la biblioteca, modificar notas o cerrar puertas de golpe en mitad de una lección magistral. No contento con esos inicios y para que no lo confundiesen con un duende, optó por dedicarse al susto, que le resultaba aún más divertido, y de este modo se aparecía en los espejos de los aseos, o en los cristales de las ventanas que asoman al patio, o bien correteaba por los techos de las aulas, con gran estruendo, o se lamentaba cuando descubría a algún solitario en la vieja capilla. En cierta ocasión, sin embargo, tropezó con un caza fantasmas, bisoño, que, sin intención, lo atrapó en un libro del Antiguo Egipto, el Drioton, por más señas. Quiso hacer el fantasma una de sus gracias, el lector entre página y página introdujo una hojita de laurel, regalo de un ligue, y de este modo quedó aquel atado al rito funerario de los faraones, y condenado a permanecer en el interior de tan pintoresca tumba. El tomo terminó en la biblioteca y como para entonces empezaron a circular los portátiles y las tablets, los pdefes y los wasaps, allí aguarda a su príncipe azul, pongamos princesa para no herir susceptibilidades, pero lo más probable es que del nicho no salga, hasta el día del Juicio Final, que tendrá que dar cuenta de sus numerosos pecados, amén de las asignaturas suspensas.



sábado, 6 de septiembre de 2025

Cuando la Pombo habla de libros

El jaleo que ha montado la Pombo con lo que ha dicho de los libros, que no te hacen mejor ni más guapo, y todo eso. Esa misma gracia la hice yo hace años y pasó sin pena ni gloria, (el/la que tenga ganas de comprobarlo que bucee en el face o visite mi blog). Es coincidencia, no pretendo atribuirme lo que pertenece al común. Todos tenemos cabeza y podemos llegar al mismo destino, llámese conclusión. El asunto, por lo de la fama, está en tener o no un megáfono potente, u otra virtud. Al caso me viene el recuerdo de un amigo de apellido Abad, que era muy popular en clase haciendo chistes de todo. En ocasiones, cualquiera contaba uno y no se reía ni Dios, pero llegaba Abad, lo repetía y la hilaridad crecía como la ola entre las bancadas del aula. Lo bueno de la Pombo es que no deja indiferente, aunque no diga nada.


viernes, 5 de septiembre de 2025

Alatristes

Ahora que el Pérez Reverte vende su nuevo Alatriste y compara a Europa con un parque temático, me viene a la memoria el libro del Capitán Alonso Contreras, sus memorias, en las que cuenta sus lances y desventuras como militar, espía y mercenario, ocurridas allá por el XVII, y prologado con posterioridad por don José Ortega y Gasset, (1943). El filósofo, que ya andaba en tratos con las autoridades franquistas para formalizar su regreso, (1945), sintió, en su última etapa, una especial fascinación por la España del XVII, por ser esta pura contradicción, al mostrar la coincidencia temporal entre la decadencia política y el auge de las artes. De ahí su interés también por Velázquez. Sostenía Ortega, (y Gasset también), que Contreras fue aventurero que vivió a salto de mata, con vocación de no tener vocación, «es el hombre suelto, sin raíces en ninguna disciplina interna, que sabiéndose sometido a la externa de la ordenanza encuentra en ello motivo para emanciparse de todo respeto.» Y señalaba que de sus memorias bien podrían extraerse varias películas en Technicolor. Ortega, después de la conflagración mundial, tenía cierta esperanza en la recuperación de Europa, pero en otro contexto, porque soñó con la victoria del Eje. En el 45 el panorama era distinto y probablemente por eso se refugió en España. Nada que ver Contreras con Ortega, salvo un prólogo que proporcionó frases recurrentes a un escritor posterior, que goza de la fama y su respaldo.