De la amistad entre Federico Garcia Lorca y Edgar Neville se habla poco, o nada. Compartieron numerosas veladas y lecturas en casa del diplomático chileno Carlos Morla Lynch. En 1965 Neville publico un poemario titulado Amor huido, y en él un poema titulado Llamada a los poetas, que sorteó la hipotética censura, en donde puede leerse: “Dame tú un verso, Federico amado, hermano inolvidable de las aulas, y que fuiste vilmente asesinado”. En 1967, en el borrador de una entrevista que le hizo el periodista Pérez Ferrero de ABC, (salió a la luz en 2010 e hizo público A. Trapiello en su obra Las armas y las letras), afirmó que a Lorca lo asesinaron de un tiro en la nuca, (estampa esta última más sombría que la del fusilamiento), y que se conocían los nombres de los responsables de cada uno de los despropósitos que condujeron al crimen. "Fue un crimen aislado en aquella isla que fue Granada los primeros meses de la guerra".
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