
El emperador Valeriano marchó contra Persia porque los sasánidas no respetaban la frontera de oriente y se habían hecho con Antioquía. En la guerra se comportó como un romano y condujo a las legiones a la victoria. Pero fue traicionado y se vio convertido en prisionero de Sapor I.
El persa le obligó a rendirle pleitesía arrodillado. También le hizo beber oro fundido. Y finalmente lo mandó desollar. Después convirtió su piel en un pelele y lo colgó en lo más alto del templo como trofeo y prenda a su dios Ahura Mazda.
Los cristianos celebraron su destino pues les había perseguido con saña.
hola juan te queria qomentar que me encantan tus ilustraciones,y bueno que le pegues par adelante.que sos un groso.
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