jueves, 28 de febrero de 2008

Señorita.


Esta es una de esas institutrices de las películas. Una muchacha muy lista, huérfana, que se ha criado y educado en un colegio de monjas, y la han puesto a cuidar de unos niños muy guapos, también huérfanos, pero con un padre aparente y muy rico. Y eso, ¿para qué contar más? El final es muy previsible. Sí, terminan cantando.

2 comentarios:

  1. De haber sido yo el padre rico, no hubiera ni cantado con esa institutriz de labios gordos y medio calva salida de blade runner.
    Paseé ayer por Granada.

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  2. Ya no se lleva el amor platónico.

    Yo por Granada el sábado.

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